Reza la sabiduría popular que ante los hechos consumados no hay de otra que enfrentarlos tal cual son, de ahí el refrán que sirve de título a esta columna, así es que hoy por hoy no vale la pena lamentarse hablando de traiciones y traidores, siempre los ha habido y los seguirá habiendo.
El caso es que la reforma al Poder Judicial ya es un hecho, haiga sido como haiga sido y con el voto de quien lo haya dado, como dice otro refrán: con esos bueyes hay que arar. Así es que por ahora no hay más que asumir las pérdidas o las ganancias y actuar en consecuencia, lo cual vale tanto para la oposición que está a punto de ser borrada, como para la 4T que pudiera empezar una serie de jaloneos al interior en cuanto el presidente López Obrador culmine su periodo, aunque deje a su hijo como encargado.
Porque los partidos que hoy entre todos suman menos de un 30 por ciento en las Cámaras legislativas, deberían escuchar los rumores de que una vez conseguido el Plan C, sigue el Plan D: ser partido único. Si no lo creen, nada más es cuestión de analizar la posibilidad de que se acabe con la representación proporcional y la reelección directa de legisladores y alcaldes para entender lo que se viene, hasta los partidos satélites deberían parar las orejas.
Pero sobre todo, lo que queda de los partidos de oposición se está peleando, tanto entre ellos como hacia el interior de cada uno de ellos, por conservar lo que pueda quedarles, aquellas parcelas de poder y presupuestarias que, a como vamos, si acaso les pueden durar unos tres o seis años, si bien les va.
Por lo que respecta a Morena, no hay duda de que por ahora, mientras AMLO está en el poder, difícilmente alguien se atreverá a cuestionar sus decisiones, como la de Andy, sin embargo, resulta también obvio el que desde ya se comienza a cuestionar, por lo bajo, si realmente el hijo de Andrés tiene los méritos suficientes para asumir el liderazgo de un movimiento en el cual hay quienes sí se consideran herederos naturales del presidente, además piensan que son los verdaderos representantes de la ideología de la 4T, cualquier cosa que ello sea.
En la película El Padrino, citada en alguna o varias ocasiones por López Obrador, también se cuestiona el que Michael, el hijo menor del Don, pueda asumir el liderazgo de la familia solo por el hecho de ser hijo del jefe y hubo hasta quienes pidieron permiso para formar sus propias familias, la respuesta fue algo así como: ¿Confías en mí? Entonces confía en Michael, después podrás formar tu propia familia.
Pero todos conocemos el final, sabemos que siempre habrá alguien con la ambición suficiente para desafiar el poder y sobrevendrá la traición, un camino que muchos han recorrido en Morena.
Así es que hay que prepararse para lo que viene, nosotros tratemos mientras tanto de amortiguar el golpe, porque de que lo habrá, lo habrá, si no me creen, volteen a ver a Sinaloa o a Michoacán, o a Chiapas o… ¿al Congreso de la “Unión”?
