He visto algunas mesas de análisis de lo que se llama el posdebate y una de ellas llamó mi atención especialmente porque tocaron un punto que generalmente se deja de lado: cómo se influyen entre sí las dinámicas electorales locales y federales.
Fue la mesa del lunes pasado en “Es la hora de opinar” conducido por Leo Zuckerman en la cual también participaron Ana Laura Magaloni, Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda. https://www.youtube.com/watch?v=C1L5uAl3_W8
En un momento del programa Leo Zuckerman, ante la postura tanto de Castañeda como de Aguilar Camín en el sentido de que la elección presidencial no está definida, dijo algo así como “pónganle una lanita”, aludiendo a que según el sitio Oraculus, en el cual participa Zuckerman, da una ventaja promedio de 26 puntos porcentuales a la candidata de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, Claudia Sheinbaum, la respuesta de Castañeda fue que si tanta confianza tenía en las encuestas, le diera los 26 puntos de ventaja y apostaban lo que quisieran.
En otras palabras Castañeda le cambió la apuesta y la puso en términos de que Sheinbaum no iba a ganar con esa ventaja tan amplia, sino que esta se cerraría, sin saber exactamente hasta dónde. Zuckerman tuvo que aceptar que seguramente sí la contienda sería más cerrada, fue alrededor de este punto que se abordó el tema de las diferentes dinámicas que presentan las elecciones locales y federales.
A mi parecer, se realizan dos análisis distintos de cada contienda electoral, como si ambas fuesen independientes y no se tocaran o influyeran entre sí. Según los planteamientos que se han hecho en distintos programas parece como si el único enfoque posible fuese el que va de lo presidencial hacia lo local o como si fuesen eventos independientes en la realidad, aunque jurídicamente lo sean.
Cuando iniciaron las campañas presidenciales se establecía que Morena ganaría casi todas las gubernaturas en juego, 6 de 9, las excepciones parecían Guanajuato, Yucatán y Jalisco, hoy las apreciaciones parece que se han invertido y Morena se encuentra con 7 elecciones estatales complicadas, entre ellas Veracruz y CDMX, pese a estos cambios en las percepciones referentes locales, la idea de la gran ventaja de Sheinbaum en el plano nacional no se ha movido.
Es como si se pensara que el votante el día de la elección tomará la decisión de realizar un voto cruzado. La presidencial para Morena y el resto para distintas fuerzas políticas. Un voto cruzado que no tiene respaldo en nada, solo en la percepción.
En las elecciones por supuesto que se presenta un voto cruzado, pero este es marginal, está comprobado que la mayoría de los votantes emiten su sufragio en bloque, todos para un mismo partido, de alguna forma las leyes electorales hacen que ello no se traduzca en una mayoría aplastante en el Poder Legislativo, es una forma de proteger los derechos de las minorías, salvo como sucedió en 2018, que se manipule la cláusula de sobrerrepresentación.
Así pues, dado lo que se está presentando en los estados, seguramente veremos una elección presidencial más cerrada de lo que hoy señalan la mayoría de las encuestas, dado que las divisiones que se están presentando en Morena en el plano estatal, seguramente generará una votación más alta para la candidata de la coalición “Fuerza y Corazón por México”, Xóchitl Gálvez.
Sostener que lo que sucede en los estados no modificará en nada la dinámica de la elección presidencial me parece una postura que, por alguna razón, no quiere ver la realidad y prefiere comprar la teoría del “arroz cocido”.
Falta poco para saber quién tiene razón y a qué nos vamos a enfrentar en el futuro y además, para tener una explicación acerca del por qué Morena está apapachando a Máynez.