Hace unos días The Wall Street Journal publicó un artículo en el cual destaca que la población de China decreció por primera vez, subrayando este dato, los autores del texto, Stella Yifan Xie y Jason Douglas, señalan que el decrecimiento población de este país será un factor negativo para que se convierta en un país rico y llegue a ser la primera potencia económica mundial.
El artículo me recordó los planteamientos del libro de Darrell Bricker y John Ibbitson “El planeta vacío” en el cual se plantea precisamente que el problema que enfrentará la humanidad será, precisamente el decrecimiento de la población, ya que según los autores, solo en algunas partes de Asia, África Subsahariana y América Latina crecerá la población, mientras que en el resto del mundo decrecerá.
Hoy China, con todo su poderío económico y las décadas que lleva creciendo continuamente a tasas elevadas, no es un país de ingreso alto, sino medio. Es cierto que ha logrado sacar de la pobreza a cientos de millones de sus habitantes, sin embargo, dada su población, hoy alrededor de 1400 millones de personas, le falta mucho para ser considerado un país de ingreso alto.
El problema es que entre su caída poblacional y el envejecimiento de la población, es muy probable que no logre hacerse un país rico, en el sentido del ingreso de sus habitantes.
Hace algunos años, aquí en México, enfocándose solo en el envejecimiento de la población, Luis de la Calle y Luis Rubio escribieron un libro titulado “Clasemediero” en el cual señalaban que si nuestro país no aprovechaba el bono demográfico, podía no salir de la pobreza nunca.
El bono demográfico es el punto histórico en el cual la mayoría de la población de un país se encuentra dentro de la población económicamente activa, o por lo menos en posibilidad de hacerlo.
A partir de que ese bono se acaba, el pago de pensiones para una población envejecida puede hacerse inviable, además de que se hace casi imposible sacar al país de la pobreza, a menos de que se llegue a una economía de alta tecnología.
Es cierto que en México aún no enfrentamos un decrecimiento poblacional, pero es muy probable que vayamos en camino hacia él. Por ejemplo, en Nuevo León la tasa de natalidad no alcanza ya el punto de reposición, la población del estado continúa creciendo gracias a la migración y se espera que en el país, hacia 2030 se llegue a un punto similar al de nuestro estado.
Este tema cobra relevancia para nosotros debido a que en este momento se presenta la posibilidad de que como país aprovechemos el llamado nearshoring, sin embargo, esta ventana estará abierta solo durante algún tiempo, quizá breve, pero además, nuestro bono demográfico está siendo cada vez más pequeño.
Estamos casi en un momento de “ahora o nunca”. Veremos qué pasa.
