No se preocupe, no voy a escribir acerca del fracaso protagonizado por la selección nacional en el mundial de Catar, poco hay que decir de ello más allá de lo que tantos han dicho, incluyendo los lugares comunes.
No, me referiré al gran fracaso que es la política, en México y muchas partes del mundo, en el momento actual, un fracaso mucho más importante que cualquier partido o copa mundial.
Eso sí, tomaré como ejemplo la estulta declaración, por no utilizar el calificativo que se usaba en mi barrio para designar ese tipo de dichos. Resulta que una legisladora de cuyo nombre no quiero acordarme, representante, eso sí, del partido mayoritario del país, salió con la brillante idea de llamar a comparecer a los directivos del futbol mexicano para que expliquen el fracaso del Tri en Catar.
Como diría el finado divo de Juárez: “pero qué necesidad”… de mostrar así el oportunismo político y la estulticia inherente, que tanto daño hace a nuestro país.
Con eso de que ya no se pertenecen, sino que pertenecen al “pueblo”, cualquier cosa que eso signifique, tratan de ganar puntos con cualquier cosa que sea popular, en este caso, con vituperar, echar madres diría alguien, en contra de todo lo que signifique futbol de aquí a que comience el nuevo torneo local y vuelta a empezar, olvidando todo lo anterior.
Cierto es que no solo quienes forman parte del partido mayoritario en el país caen en ese tipo de estulticia, de ella nadie se salva, o nos salvamos, hay que ser inclusivos, como tampoco ocurre eso solo en México.
Sin embargo, ese tipo de actuación en política es la que representa el fracaso al cual me refiero en el título de este escrito.
Parece que la política se tratara solo de ganar elecciones, estas se convierten en un fin en sí mismo y no en el medio para instrumentar políticas públicas acordes a la visión de país que se supone impulsa cada instituto político.
Al menos ese, creo, debería de ser el orden correcto de las cosas, pero no lo es, hoy se trata de alcanzar el poder solo para ejercerlo y aprovecharse de él. Se trata de ganar para ganar.
Ya no hay idea de país, porque la amalgama de frases que escupen los políticos hoy en día solo sirven para ser coreadas por los seguidores, no hay una idea de país, una idea de futuro, no, el horizonte de futuro es el de la siguiente elección. No hay más.
Y precisamente es por eso por lo que tenemos ese tipo de “representantes”, que se encuentran ávidos de que haya alguna situación que les permita gruñir cualquier cosa que les represente la posibilidad de alcanzar sus 15 minutos de fama a los que algún artista decía que todos tenemos derecho en la vida. Parece que piensan que un like es un voto y lo peor es que muchas veces es así.
Ese es fracaso, lo otro, para citar a un clásico, es una anécdota.