De acuerdo con la Real Academia Española de la Lengua, el concepto de verdad se define como “Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente”.
Ya para afinar detalles el concepto de “verdad histórica” se aplica en Derecho como una verdad que se establece y legitima desde el punto de vista de las víctimas.
Desde aquella trágica noche en Iguala, cuando 43 estudiantes fueron asesinados y torturados, más todo lo que vino después, esta frase la puso de moda el hoy recluso ex procurador de justicia en el sexenio de Peña Nieto, Jesús Murillo Karam y años después se sigue usando para referirse al caso.
Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, presentó el informe que presentó la presidencia de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa sobre la reconstrucción de los hechos que sucedieron durante la noche del 25 y la madrugada del 26 de septiembre.
Ahí Encinas dijo que: la verdad histórica se sustentó en declaraciones obtenidas mediante tortura a las personas detenidas, la fabricación de pruebas y la manipulación de la escena del crimen”.
Es el propio Encinas quien confirmó la participación de Harfuch en las reuniones para la creación de la verdad histórica, encabezada por Tomás Zerón, hoy prófugo de la justicia.
“Está tanto en el primero, como en el segundo informe en donde evidentemente no están los nombres completos. Sí aparece. Está en el reservado, está. Así de concreto”.
Además el ex jefe de gobierno de la CDMX confirmó que leyó una declaración del mismo Harfuch en torno al caso.
Esto viene a colación de la candidatura que alista Morena para la CDMX y no, no hablamos del infame de Hugo López-Gatell o de la “porra mayor” de Iztapalapa, Clara Brugada, hablamos del superpolicía, Omar García Harfuch.
Así es, el “Batman”, mote más de burla que de exaltación a su persona, pues así le llaman por ser el líder de la “liga de la injusticia” de la policía de la CDMX y se ríen a sus espaldas.
No se puede juzgar a los hombres por acciones que hayan hecho sus familiares en el pasado, pero cabe la mención aquí de recordar que Omar García Harfuch, es hijo de Javier García Paniagua, a quien señalan de ser el artífice de la llamada ‘Guerra Sucia’ de 1976 a 1980, desde la hoy extinta Dirección Federal de Seguridad a las órdenes de Miguel Nazar Haro, quien es acusado de torturar detenidos.
Y si nos vamos más atrás, su abuelo Marcelino García Barragán, fue secretario de la Defensa durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz y bueno, todos sabemos lo que paó el 2 de octubre de 1968.
Hoy, el favorito de MORENA para la candidatura a la gubernatura de la Ciudad de México, es un policía de formación, y discípulo avanzado de Genaro García Luna, hoy preso en Estados Unidos y de quien, extrañamente, ya no se habla en las mañaneras, cuando antes era contenido de todos los días por parte del Presidente López.
Y pues eso es entendible pues a parte de ser el consentido de García Luna, quien se lo llevó a trabajar a la PGR fue nada más y nada menos que Luis Cárdenas Palomino, (hoy disfrutando una estancia en la cárcel) a quien le cargaba el portafolio, le ponía el abrigo y le mandaba su ropa a lavar.
Y eso no es todo, pues a pesar de haber reprobado tres veces los exámenes de control de confianza en la Policía Federal, específicamente se dice que incurrió en ”reacciones significativas de falta de veracidad”, en la prueba del “detector de mentiras”, permaneció en la corporación, protegido por los enemigos públicos número uno de la 4T, García Luna y Cárdenas Palomino y pues miren en donde se encuentra ahora, a un paso de tener el segundo cargo por elección popular más importante del país.
Hoy es un hecho que la unidad de asuntos internos de la corporación, pidió de manera formal que se iniciara un proceso administrativo en su contra por no cumplir el requisito de aprobar los exámenes de confianza.
Eso es verdad histórica.
Como lo es también todas las veces que el propio Harfuch ha negado su participación en los crímenes contra los estudiantes, pues existen cientos de testigos que lo ubican en Michoacán esa trágica noche.
Así el preferido de Claudia se la vive defendiéndose de algo que efectivamente no hizo y se la lleva fácil, mareando a la opinión pública.
Lo interesante es tener claro lo que sí hizo, por ejemplo callar como momia en lugar de exhibir que los policías federales a su mando actuaban en contubernio con el crimen organizado, además de no testificar cómo se falsificó la investigación.
Se defiende diciendo que el no intervino, si le creemos pues sería interesante que, siendo coordinador de la Policía Federal en Guerrero ¿Por qué no lo hizo?
Esta candidatura nos deja más preguntas que respuestas, pero es un hecho que MORENA está impulsando a un policía para la ciudad de México, emanado del núcleo más putrefacto de la institución, sin duda Omar García Harfuch tiene mucho que explicar, pues lo que aquí se dice, es verdad histórica.
Tiempo al tiempo.