"De ninguna manera volveré a México. No soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas".
Así decía Salvador Dalí, en uno de sus viajes a México y ahora más que nunca, creo que tiene razón, pues el Surrealismo tiende a representar los deseos del subconsciente, la labor del instinto fuera de los límites de la razón. El surrealismo es inmediato, irreflexivo y está despojado de toda referencia a lo real.
Y si hablamos de referencias, volvamos al pasado donde Andrés López era un rebelde, siempre encabezaba sendos bloqueos, sobre todo en su natal Tabasco, para manifestarse en contra de los fraudes electorales.
Recordemos que en el año de 1991, cuando era presidente del PRD, era la cabeza de una marcha bautizada como éxodo de la democracia, por un presunto fraude electoral en Tabasco.
“Luego del fraude de 1988 seguimos luchando y dos años después se ganó por primera vez el gobierno del municipio de Cárdenas. No fue fácil. Nos reconocieron el triunfo cuando emprendimos el Éxodo por la Democracia y caminamos cincuenta días de Tabasco a la Ciudad de México”, dice López en sus memorias.
Luego vino quizá el acto por el que se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para el gobierno, cuando decidió bloquear los pozos de Pemex en Tabasco para exigir indemnizaciones a más de 4 mil campesinos y pescadores afectados por la paraestatal.
Incluso, su acérrimo rival, el ex gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo Pintado, modificó las leyes para acusar de pandillerismo y delincuencia organizada a quienes se manifestaran, aplicándoles una sanción de cinco años de cárcel, lo que fue muy criticado por el hoy Presidente Andrés Manuel López Obrador.
"Se protesta para extorsionar, y el líder se queda con la mejor parte de los beneficios", dice hoy AMLO, esa explicación, viniendo de quien viene, nos deja con la duda, pues no podemos preguntarle a Manuel Camacho Solís cómo arreglaban los cierres de pozos de Tabasco en el Zócalo de la CDMX.
Y por último, quizá el más memorable fue en el 2006, cuando bloqueó el paseo de la Reforma para denunciar un presunto fraude electoral, cuando fue vencido en las urnas por Felipe Calderón, con una diferencia del 0.56 por ciento.
Así se las gastaba Andrés López, así se volvió un ícono de la izquierda mexicana, así gano adeptos y fieles seguidores, así construyó el camino que finalmente lo encumbraría a la Presidencia de la República.
Ese personaje, me pregunto yo, que pensaría hoy de un presidente que está concentrando el poder en una sola persona y no solo eso, miles de desempleados, la censura a los medios, una economía que crece al punto uno por ciento, el sistema de salud en franca decadencia, la religión en el gobierno y el gobierno como religión, mentiras flagrantes, el Ejército en las calles la prolongación de mandato en Baja California, orquestada por MORENA y demás…
Todo esto viene al tema porque el lunes pasado, el Congreso de Tabasco, aprobó con 24 votos a favor, un voto en contra y cero abstenciones una reforma al código penal del estado, donde estableció una pena de hasta 20 años de cárcel para quienes extorsionen y bloqueen empresas públicas y privadas. La Ley Garrote y en el estado natal del actual mandatario.
Las modificaciones para la llamada ley "garrote" se realizaron en los artículos 299; 306; 307 y 308 del Código Penal de Tabasco serán y se adicionarán el artículo 196 Bis; y del artículo 308 Bis.
Esta #LeyGarrote en Tabasco permitiría al gobierno y a la iniciativa privada imponer megaproyectos (Dos Bocas, Tren Maya), sin importar lo que opinen las comunidades en caso de verse afectadas.
Así que cuando a los pobladores cercanos a la refinería de Dos Bocas les pregunten ¿Qué tal les va?, ellos contestarán “No me puedo quejar”, literal.
Ya con esto son dos “laboratorios” el de Baja California, para la extensión de mandato, y en su propia tierra, la penalización de la protesta pública. Ambos anticonstitucionales.
Así que desde aquí evocamos al viejo Andrés, que al Andrés de ahora ya le hubiera cerrado Reforma, Palacio Nacional, Los Pinos, hubiera tomado el Zócalo y quien sabe que más acciones tomaría al ver a un país con tintes de totalitarismo, desangrado por la violencia histórica, colapsado por la economía y decepcionado de su gobierno, me pregunto ¿Qué hubiera hecho el Andrés de antes al ver la situación actual?
Nunca lo sabremos, pues ese Andrés Manuel López Obrador, hoy, ya no existe.
Tiempo al tiempo.