Durante una de sus primeras reuniones con Gobernadores el pasado 6 de agosto, la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, destacó la importancia de priorizar obras hidráulicas y que en 2025 su administración impulsará al menos una obra prioritaria en cada estado, con especial énfasis en proyectos relacionados con agua potable.
También prometió que el 1 de octubre, luego de su toma de posesión, anunciará en el Zócalo de la Ciudad de México las obras concertadas con los gobernadores.
Lo anterior es una buena noticia ante la situación tan lamentable que presenta la infraestructura hidráulica del país, que se ha puesto de manifiesto por la sequía de los últimos años, aumentando la presión sobre las fuentes de agua potable.
Ojalá y estas obras estatales se planeen con bajo una visión integral y de cuenca, incluyendo proyectos que beneficien de manera sistémica y sostenible a regiones enteras del país, en lugar de infraestructura aislada que, por beneficiar a una comunidad o sector de la población, afecta a otra, por no tomar en cuenta que las fronteras políticas y territoriales poco tienen que ver con los flujos del agua en un ecosistema sano.
De las declaraciones de Sheinbaum sobre el tema se desprenden 3 grandes ejes de inversión hídrica para el país: 1) Re - uso de agua; 2) Limpieza de ríos, y 3) Tecnificación del riego agrícola, esta última vital, tomando en cuenta que, en promedio, el 75% del agua potable se usa en el campo, y no en las empresas como lo quieren hacer parecer algunos fundamentalistas.
Ojalá y en la ejecución de esta visión se permita también la participación de la iniciativa privada, organizaciones no gubernamentales, la academia y la misma ciudadanía, sin olvidar el componente de cultura del agua que tanta falta hace entre la población.
Además de presas, acueductos y plantas tratadoras, que hacen mucha falta, deben considerarse también las innovaciones tecnológicas y multitud de pequeños proyectos locales que pueden impactar positivamente en la resiliencia hídrica de las comunidades, con obras de infraestructura verde, como reforestación localizada, o proyectos como las Escuelas de lluvia que Arca Continental, Coca-Cola Femsa y Coca-Cola de México están impulsando en decenas de comunidades del país, y que permiten a cientos de escuelas captar, acumular y disponer de agua de lluvia durante las temporadas de sequía, independientemente de la situación de la red pública de agua potable.
Es indispensable planear con una visión de futuro, que considere no sólo la falta de agua, sino el exceso, con obras para prevenir y mitigar los daños de huracanes y tormentas, así como aprovechar y capitalizar los excesos, a través de planes integrales como el Plan Hídrico Nuevo León 2050, del Fondo Ambiental Metropolitano de Monterrey.
Más allá de polémicas, dicho plan ha guiado algunos de los esfuerzos más importantes en materia hídrica del estado en los últimos años, considerando obras como la Presa Libertad, entre otras, así como proyectos como humedales urbanos, reforestación comunitaria y pequeñas represas que tratan de integrar a las ciudades con los flujos del agua.