En el discurso de una parte significativa de la poblaci贸n, en particular entre quienes desde la opini贸n p煤blica motivaron el cambio de r茅gimen, hay un denominador com煤n: todo, absolutamente todo, de lo hecho en administraciones pasadas fue objeto de corrupci贸n o generador de pobreza.
En foros, textos o charlas informales se afirma con contundencia que las pol铆ticas del pasado no hicieron m谩s que incrementar el n煤mero de mexicanos en situaci贸n de penuria y que la implementaci贸n de un nuevo modelo -sin que 茅ste pueda ser definido a煤n- ser谩 la salvaci贸n para los millones de personas que se encuentran en estado de vulnerabilidad.
Muy pocos reconocen los esfuerzos realizados en los 煤ltimos a帽os por combatir la miseria y sus consecuencias, con resultados que fueron alentadores y reconocidos, incluso, m谩s all谩 de nuestras fronteras.
Casi nadie recuerda las pol铆ticas p煤blicas puestas en marcha en los bienios 2014-2016 y 2016-2018 en materia social y econ贸mica para lograr reducir los 铆ndices de marginaci贸n. De acuerdo con las mediciones del Consejo Nacional de Evaluaci贸n de la Pol铆tica de Desarrollo Social (Coneval), en el primer lapso, la poblaci贸n en situaci贸n de pobreza disminuy贸 en un 3.5%, para sumar un total de 53 millones 418 personas.
Entre 2016 y 2018, se registraron 52.4 millones de habitantes en esta condici贸n, un dato, como podr谩 observarse, inferior a los 53.4 millones que se hab铆an tenido en 2016.
Este freno en el aumento de la pobreza y su consecuente reducci贸n no fue producto de la casualidad. Fue resultado de la implementaci贸n de una compleja estrategia de inclusi贸n que consisti贸 en alinear todos los programas sociales del 谩mbito federal, de los estados y muchos de los esfuerzos de responsabilidad social de las empresas con los par谩metros a trav茅s de los cuales se mide este fen贸meno.
Recordemos que, desde 2004, con la creaci贸n del Coneval, la medici贸n de la pobreza en nuestro pa铆s se hizo mucho m谩s estricta y, por ende, con cifras mucho m谩s elevadas. En t茅rminos sencillos, 茅sta consta de una evaluaci贸n sobre el acceso o carencia a seis derechos b谩sicos que son educaci贸n, salud, seguridad social, alimentaci贸n, calidad de la vivienda y servicios a la vivienda, adem谩s de la capacidad de alcance a dos canastas de productos y servicios b谩sicos.
Ser谩 bajo esta misma m茅trica y no otra como esta administraci贸n ser谩 evaluada en su desempe帽o en materia de combate a la marginalidad. Y el panorama no es nada alentador. Previsiones del banco BBVA adelantan que al menos 12 millones de personas podr铆an ingresar a las filas de la pobreza, derivado de la crisis que ha provocado la pandemia del Covid-19 y el escaso rendimiento econ贸mico de M茅xico.
Habr谩 que conocer los argumentos de quienes ve铆an el apocalipsis en el pasado ante lo que se avecina en estos nuevos tiempos. Para salir adelante, el esfuerzo deber谩 ser de todos.
SEGUNDO TERCIO. 鈥淎hora mismo no estamos en la segunda oleada. Estamos justo en medio de la primera oleada en todo el mundo鈥, apunt贸 ayer de manera oportuna Mike Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS.
TERCER TERCIO. Regresar o no a clases, cu谩ndo y bajo qu茅 esquema ser谩 la decisi贸n m谩s dif铆cil de las autoridades en medio de esta pandemia. Es la salud de nuestros hijos la que est谩 en juego.
