Pasada la sorpresa por el estallido de hace m谩s de un a帽o, cuando la Inteligencia Artificial irrumpi贸 en Internet y se esparci贸 por redes y medios de comunicaci贸n, se ha instalado la idea de que esa tecnolog铆a de nombre rimbombante forma parte de nuestra cotidianidad, pese a los recelos que genera y peligros que no se terminan de disipar.
Empez贸 como un respond贸n a cuanta pregunta le hici茅ramos y ahora ya entiende de contextos, toma decisiones y hasta puede ejecutar tareas complejas, como el caso del primer f谩rmaco generado 铆ntegramente por inteligencia artificial para tratar la fibrosis pulmonar idiop谩tica. Para entenderlo en datos, si a Netflix le cost贸 tres a帽os y medio alcanzar el mill贸n de usuarios en 1999, ese mismo volumen lo rebas贸 ChatGPT en solo cinco d铆as, y en dos meses super贸 los 100 millones.
La explosividad de la IA -va el detalle que dos de los 煤ltimos premios Nobel en F铆sica y Qu铆mica se relacionan con ella- la podemos distinguir en las empresas instaladas que ofrecen el servicio en M茅xico. Entre 2018 y 2024 crecieron 965 por ciento, de 38 a 362 emprendimientos, como nadie en Latinoam茅rica, aunque Brasil encabeza el ranking con 728 empresas. Sus inversiones superan los 500 millones de d贸lares, tan solo entre 2023 y 2024, y se han generado m谩s de 11,000 empleos, seg煤n un estudio de Endeavor y Banco Santander. Sus operaciones se concentran en Ciudad de M茅xico (49%), Jalisco (10%) y Nuevo Le贸n (9%), enfocadas en el servicio de optimizaci贸n y automatizaci贸n de procesos.
De todos modos, cuando se entra a analizar cu谩nto del proceso productivo de las empresas mexicanas incluyen la IA, es menor al 25 por ciento. Y all铆 se comienzan a ver limitaciones que hacen tanto a su operaci贸n como al marco regulatorio. Por un lado, falta talento para incorporar a las empresas. Hay una brecha entre la formaci贸n acad茅mica y las habilidades pr谩cticas -se carece de ingenieros en IA y software, as铆 como cient铆ficos de datos-. Tambi茅n se han detectado riesgos como los ciberataques a trav茅s de la IA (47% de las empresas lo han sufrido), desconfianza en los datos, falta de financiaci贸n -aunque se prev茅 inversiones por 450 millones de d贸lares este a帽o- e incertidumbre ocupacional.
La ausencia del marco regulatorio hace caminar a las empresas sobre una cuerda de dif铆cil equilibrio. Entre el Senado y la C谩mara de Diputados suman m谩s de 60 proyectos sobre IA. Abarcan desde 茅tica algor铆tmica a soberan铆a tecnol贸gica, pero nada se ha podido articular a煤n entre todas las iniciativas.
Regular es fundamental para la seguridad jur铆dica. Un informe de Unesco de 2024, recordaba que 鈥渆l 脥ndice Latinoamericano de IA destaca el nivel 鈥渕uy bajo鈥 de M茅xico en institucionalidad (2.78/100) y en estrategia (8.33/100), principalmente por no contar con una estrategia de IA vigente y por no considerar mecanismos de participaci贸n de la sociedad鈥. El organismo recomendaba por entonces elaborar un mapa funcional del ecosistema de inteligencia artificial; integraci贸n de un marco jur铆dico para la IA; dise帽o institucional y de gobernanza de la IA; y una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial.
En ese panorama de potencialidades encaminadas y tortuguismo para generar incentivos, Google se adelantaba en mayo pasado a lo que pretenden alcanzar las cinco grandes tecnol贸gicas que dominan este negocio: una inteligencia artificial que piense, act煤e y decida por el usuario, anunci贸 en una conferencia en California sobre los avances de sus proyectos. De nuevo se abr铆a el debate sobre los alcances de la IA para darle la raz贸n a quienes creen que es un invento del mismo calado que Internet. 驴Puede pensar por nosotros? Si puede hacerlo, en todo caso, 驴queremos caer en ese recurso f谩cil de una m谩quina que nos reemplace hasta en hacer girar las neuronas?
La abogada espa帽ola Rebeca Gonz谩lez dilucida y lleva tranquilidad: 鈥淟a IA no es creativa en el sentido humano. No inventa desde el vac铆o, no tiene intuici贸n, no conoce el asombro ni la duda. Su capacidad se basa en procesar cantidades masivas de datos, reconocer patrones y predecir lo que viene despu茅s. Lo que hace, en esencia, es reorganizar lo que ya existe. Si intentas crear algo nuevo preguntando no ser谩 original nunca鈥.
Microsoft public贸 un estudio en abril de este a帽o que destaca el conformismo de la mayor铆a ciudadana por no esforzarse. Despu茅s de haber entrevistado a 319 trabajadores acerca del pensamiento cr铆tico en el uso de las herramientas de IA y c贸mo esta tecnolog铆a afecta a su esfuerzo, la mayor铆a de quienes conf铆an en ella dijeron que la prefirieron porque as铆 se esfuerzan menos en aportar ideas. Hemos devaluado pensar por nosotros mismos. Quienes s铆 la confrontaban neg谩ndose a usarla y hac铆an sus propias indagaciones, eran aquellos que se exig铆an a s铆 mismo, personas de muy alta calificaci贸n en sus trabajos o estudios.
Uno, tan esc茅ptico con esa excitaci贸n destructiva llamada redes sociales, que ahora llegue la IA para alentarnos sobre sus maravillas, lo menos que puede hacer es desenvainar la cautela como defensa. Saber que no estamos solo, desahoga temores. Mexicanos y latinoamericanos que bien conocen de los peligros de los excesos del poder -lo que hacen en este caso unas pocas compa帽铆as, due帽as tambi茅n de las redes sociales- advert铆an sus inquietudes en una encuesta de percepciones sobre la IA y la democracia. A su entender, incrementa la desigualdad (44%), afecta las elecciones (40%), acrecienta la polarizaci贸n con sus contenidos en l铆nea (43%) o no puede definir a los beneficiarios de apoyos sociales del Estado (50%). El trabajo de Luminate e Ipsos de diciembre pasado concluye que para menos de un tercio de los 4,003 encuestados informados en el tema, en Argentina, Brasil, Colombia y M茅xico, sus gobiernos no est谩n preparados para aplicar la inteligencia artificial.
Alan Turing, el genio matem谩tico que all谩 por 1947 preve铆a un futuro donde las m谩quinas pensaran 鈥渟in esperar contradicci贸n鈥, defini贸 que 鈥渦na computadora puede ser llamada 鈥榠nteligente鈥 si logra enga帽ar a una persona haci茅ndole creer que es un humano鈥. Si con eso podemos dar por hecho que nuestra capacidad de creaci贸n no ser谩 avasallada, sacamos una ventaja, depender谩 de nosotros.
(Texto publicado en suplemento especial Inteligencia Artificial en revista Espacio 4, junio de 2025)