Vientos autoritarios

Un tercio de la sociedad mexicana se muestra hoy dispuesta a respaldar un gobierno autoritario, desde los años 2000 y 2001 no se habían visto niveles por arriba de 30 por ciento.
28/07/2023

El estudio Latinobarómetro, que da seguimiento al estado de la opinión pública en América Latina y el Caribe, ofrece datos en su versión 2023 que sugieren que están soplando vientos autoritarios en México, y fuerte.

De acuerdo con la encuesta, la proporción de mexicanos que considera que “bajo algunas circunstancias, un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático”, casi se triplicó en los últimos cinco años, al pasar de 12 por ciento en 2018 a 22 por ciento en 2020, y a 33 por ciento en 2023.

Un tercio de la sociedad mexicana se muestra hoy dispuesta a respaldar un gobierno autoritario. No habíamos visto niveles por arriba de 30 por ciento desde los años 2000 y 2001. Eso “enciende las alarmas”, como indica el informe de la Corporación Latinobarómetro, disponible en el sitio latinobarometro.org.

Dicho informe sugiere que ese puede ser un factor de apoyo a acciones autoritarias, pero no ofrece una posible explicación del cambio tan abrupto en el sentir ciudadano en nuestro país.

A mí me parece que tiene que ver con el proceso de creciente polarización política que hemos venido experimentando, con el justo medio desvaneciéndose y la intolerancia hacia el otro agudizándose.

Las circunstancias respecto a inicios de siglo, cuando el PRI quedó desplazado del poder por primera vez, son otras, pero hay similitudes: en torno a esas dos grandes alternancias, 2000 y 2018, se registró un aumento de actitudes autoritarias, la primera visible desde 1997, según Latinobarómetro.

El indicador de autoritarismo al que me he referido es uno de los más conocidos y probablemente más citados del prestigiado estudio, pero no es el único.

Otras preguntas también develan el autoritarismo latente en el país. Por ejemplo, 42 por ciento de mexicanos admite que “apoyaría un gobierno militar en reemplazo de uno democrático si las cosas se ponen muy difíciles”, y 48 por ciento está de acuerdo que “en caso de dificultades, está bien que el presidente controle los medios de comunicación”. Hay que poner énfasis en las situaciones atípicas que plantean las preguntas, sin embargo.

Esos indicadores de actitud no son suficientes para hablar de una “recesión democrática”, pero hay que ponerles atención.

Si bien hay una minoría creciente de disposiciones autoritarias en el país, también hay que balancear con otros indicadores del estudio que muestran que la mayoría de mexicanos respalda los principios y prácticas de la democracia:

El 71 por ciento está de acuerdo en que “la democracia puede tener problemas, pero es el mejor sistema de gobierno”; 65 por ciento apoya la “diversidad de fuentes de información”, y 63 por ciento cree que “el Poder Judicial debe ser independiente del Ejecutivo”.
 

Este último dato, el más bajo de la región, se registró bajo una coyuntura de desencuentros entre el Presidente y la Suprema Corte de Justicia, con un tono muy crítico del mandatario hacia ésta, pero denota el respaldo mayoritario a la separación de poderes.

El dato de 71 por ciento de apoyo a la democracia (y su aumento de 11 puntos desde 2020) tuvo distintas lecturas que reflejan la división política en el país. Los partidarios de la ‘4T’ ven un cambio positivo atribuible al gobierno de López Obrador. Incluso, el gobierno lo posteó en sus redes sociales como un avance que coincide con la gestión de AMLO.

En contraste, los opositores aplauden el aumento en el apoyo a la democracia como una respuesta ciudadana a las “intenciones autoritarias” del actual gobierno, como también lo fueron las marchas en defensa del INE y de la Corte, la denominada “marea rosa”.

El hecho de que aumenten tanto el apoyo a la democracia como el apoyo al autoritarismo no es una contradicción, como escuché decir a algún comentarista. Es una muestra de la diversidad y la complejidad de la sociedad mexicana como ente colectivo que es. En un país de alrededor de 100 millones de adultos, estas encuestas nos asisten para comprender mejor nuestra pluralidad.

La sociedad mexicana expresa hoy profundos desacuerdos. La democracia ofrece los mecanismos para dirimirlos de manera institucional, pacífica, participativa e incluyente.

El mensajero, ese instrumento demoscópico regional que conocemos como Latinobarómetro, nos deja aviso de los vientos autoritarios ante eventuales situaciones atípicas. Por ello es fundamental reforzar la práctica de la normalidad y la responsabilidad democrática.

amoreno@elfinanciero.com.mx



ALEJANDRO MORENO es profesor del Departamento de Ciencia Política del ITAM y vicepresidente de la World Values Survey Association. Actualmente es Consultor/Director de Encuestas y Estudios de Opinión de El Financiero.Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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