Y para terminar el año, algunas ideas que van a tono con la moda actual de la austeridad republicana.
1. Rifa de candidaturas. Una de las medidas por las que muy probablemente será recordado el gobierno de López Obrador es la rifa del avión presidencial. La energía que el Presidente le dedicó a la rifa me hace pensar en otra posible rifa: la de candidaturas de Morena, incluida la presidencial en 2024.
Quizá suena descabellado, pero en la antigua democracia griega, particularmente la ateniense, los puestos de responsabilidad pública se rifaban, es decir, se escogía por medio de un proceso de lotería. Ese proceso reflejaba una férrea convicción en la igualdad política de los ciudadanos. La creencia era que cualquier ciudadano elegible podía hacer el trabajo bien y ajustándose a las expectativas democráticas compartidas. El método de elección estaba reservado para algunos puestos, pero no era tan democrático como el método de lotería.
El presidente López Obrador ha afirmado que el proyecto de la 4T tiene varias personas valiosas para darle continuidad en 2024, varias “corcholatas”, para usar su terminología. Intuyo que eso en el fondo significa que hay un sentido de igualdad entre esas corcholatas. Morena no ha querido asumir los altos costos y el desgaste de una elección interna (que, no obstante, en mi opinión es una actividad partidaria esencial), y ha optado por emplear encuestas como método de selección, a pesar de sus múltiples problemas. Pero ahí está la opción de la rifa, la cual, como bonus, ayudaría a evitar que los “aspirantes” se anden placeando y distrayendo de su trabajo en busca de consolidar una popularidad definitoria en el poco apropiado método de la encuesta.
Si la memoria no me falla, ya Morena ha recurrido al método del azar, tipo lotería, para seleccionar candidatos y candidatas a puestos de elección popular. El meollo de todo está en definir un listado de corcholatas viables, dispuestas a participar en esa rifa, de aceptar los resultados y a debatir públicamente sus ideas con el fin de que la ciudadanía conozca sus posturas. Las pelotitas de la Lotería Nacional, con el nombre de cada una de las corcholatas, a plena vista y con transparencia, pueden servir muy bien para este propósito.
2. Ir perfilando una teledemocracia digital. El asunto de la consulta de revocación de mandato está generando tensiones políticas e institucionales serias. El INE tiene la misión de organizar elecciones confiables, pero que se ven como muy costosas; por su parte, el gobierno de López Obrador tiene el objetivo de la austeridad y, a su vez, el propósito de involucrar al pueblo en formas de democracia directa más recurrentes. Creo que esta crisis política tiene una posible salida a mediano y largo plazo en la digitalización de la democracia directa, tanto para ésta como para otras consultas. ¿Cómo hacer para que la ciudadanía participe de manera regular en asuntos de interés público, de manera directa, democrática, confiable y transparente? La respuesta podría estar en las tecnologías digitales, en lo que algunos han llamado teledemocracia.
La idea no es nueva ni es original. El historiador Paul Cartledge la menciona en su libro Democracy: A Life (Oxford 2016), como una posible combinación de la nueva tecnología digital con la antigua práctica de democracia directa. Por cierto, en ese libro también se hacen múltiples referencias a la selección de puestos públicos en la antigua Grecia por medio del método democrático de la lotería.
Es factible que la tecnología digital ha contribuido a la creciente polarización política y ha puesto en riesgo algunas de las prácticas democráticas actuales, incluidas las propias elecciones. Pero hay que verles el lado positivo, y ciertamente hay que reconocer que estamos ya entrados en la tercera década del siglo 21 y todavía hacemos elecciones con papel y crayón. La propuesta de democracia digital quizá pueda irse experimentando con consultas y plebiscitos, a nivel local y nacional, si es que aún no tenemos enteramente la confianza de elegir presidente por medio de nuestros teléfonos o tablets. El presidente López Obrador habló de las encuestas como plan B a la consulta, pero estas últimas las habrá de cualquier forma, así que, más que una alternativa, las encuestas son un complemento.
Ahí dejo un par de ideas en el espíritu de comenzar un Año Nuevo con nuevos propósitos. Le agradezco su amable lectura de Las Encuestas a lo largo de este 2021 y le deseo un muy feliz, saludable e interesante 2022.