El tema está en el aire: la pregunta es si se le permitirá intentarlo o no, y, en su caso, si tiene buenos prospectos de ganar la reelección o no. No me refiero a López Obrador en México, quien ayer, ante un ambiente de sospechosismo generado por el contexto bajacaliforniano, confirmó que no le interesa reelegirse. Me refiero a Donald Trump, quien en teoría sí puede aspirar a la reelección, pero que en la práctica aún sigue enfrentando la posibilidad real, aunque no muy probable, de ser destituido por la vía del impeachment.
Si los demócratas del Congreso dan o no el paso definitivo hacia el impeachment está por verse, pero por lo pronto, una encuesta nacional de El Financiero publicada el día ayer, revela que las percepciones de los mexicanos respecto a la posible reelección de Trump están casi tan divididas como los niveles de aprobación que tiene el presidente en su propio país. Según el estudio, el 37 por ciento de los consultados cree que Trump sí ganará las elecciones programadas para noviembre de 2020; en contraste, el 49 por ciento cree que el ganador en dichas elecciones será el candidato o candidata del Partido Demócrata.
Esta percepción sobre las posibilidades de Trump a reelegirse podría leerse, hasta cierto punto, como wishful thinking de los mexicanos, es decir, como un deseo de que no suceda, más que como un pronóstico neutral. Así lo parece, porque el actual presidente norteamericano cuenta con una opinión negativa en nuestro país que alcanza el 85 por ciento, mientras que la simpatía con la que cuenta es de apenas 4 por ciento de los mexicanos. Casi nadie lo quiere. Aun así, el 37 por ciento de los entrevistados cree que Trump será reelecto en 2020. Una porción importante.
Pero esa percepción no es pareja entre todos los mexicanos: algunos, los más jóvenes, lucen más convencidos de que la reelección de Trump es inminente. Otros, los de mayor edad, ven mucho menos probable la reelección del magnate. La diferencia generacional no es menor: según la encuesta, entre los jóvenes de 18 a 29 años de edad, el 51 por ciento cree que Trump ganará las elecciones, y el 41 por ciento que las perderá. En contraste, entre los mayores de 50 años, el 23 por ciento pronostica la reelección de Trump, mientras que el 58 por ciento piensa que los demócratas le arrebatarán la Casa Blanca. ¿Quién será más acertado en su pronóstico, los jóvenes o los mayores?
El grupo intermedio de edad, de 30 a 49 años, acaso el fiel de la balanza, se inclina ligeramente más a pensar que Trump perderá las elecciones de 2020, pero, como todo pronóstico, éste puede ir cambiando conforme se acerque la elección, y las candidaturas, incluida la del propio Trump, ya estén definidas. Las características del retador de Trump serán muy importantes para la valoración de los votantes (su sexo, su edad, su etnicidad, su orientación sexual, su récord como servidor público, su ideología, sus propuestas...), pero también lo será el estado de la economía (que hasta ahora es un aspecto favorable para el presidente) y el punch del discurso antiinmigrante, en el cual los mexicanos nuevamente podrían ser protagonistas del fervor electoral.
Por ello, será interesante ver las acciones que finalmente tomen los demócratas ante la ratificación o rechazo del T-MEC y si eso ayuda o lastima su base de apoyo entre votantes de origen mexicano en Estados Unidos. También será interesante seguir la relación bilateral con ojos electorales, y evaluar si ésta fortalece o a debilita el discurso de Trump en torno al muro en la frontera y el rechazo a los migrantes.
De prevalecer el discurso antimexicano que sirvió a Trump hace cuatro años, habrá que estar atentos al tono que adopten López Obrador y su gobierno. Un tono agresivo podría provocar a Trump (¿recuerda usted el discurso en Arizona después de su visita a México?). Un tono apacible podría provocar a la opinión pública mexicana. Un tono ambivalente podría provocar a ambos. ¿Qué tono adoptar en los meses que vienen? Ya veremos.