Consultar a los ciudadanos para decidir temas de gobierno y pol铆tica p煤blica es una de las virtudes de la democracia participativa. Sin embargo, algunas consultas en nuestro pa铆s han tenido m谩s vicios que virtudes.
La consulta del domingo pasado en Baja California es un mal ejemplo, es decir, es un ejemplo muy ilustrativo de c贸mo no hacer consultas. Se le puede criticar desde varios 谩ngulos, pero mi reflexi贸n se centra en uno: la formulaci贸n y presentaci贸n de las opciones a elegir.
Al igual que en las elecciones, en una consulta los ciudadanos deben contar con las garant铆as para poder expresar sus preferencias. Para ello es fundamental que el planteamiento de las opciones sea claro, neutral, balanceado y sin falsedades.
La consulta de Baja California cojea notablemente en su formulaci贸n. Fue un planteamiento parcial con favoritismo hacia la ampliaci贸n del periodo de dos a cinco a帽os de un gobernador que fue electo en una elecci贸n constitucional para un periodo de dos a帽os.
La boleta de la consulta present贸 dos opciones para elegir. Una, denominada 'Proyecto 5', propon铆a lo siguiente: 鈥淢antener la reforma aprobada para que se mantenga un proyecto de 5 a帽os de gobierno鈥. Esta opci贸n, que se present贸 como el statu quo apelando a la continuidad de algo que es muy reciente, emple贸 t茅rminos positivos como 鈥渞eforma鈥 y 鈥渁probada鈥, adem谩s del verbo 鈥渕antener鈥 dos veces en una misma frase. Gritaba algo as铆 como, 'sup茅renlo, hay que darle para adelante'.
La segunda opci贸n, denominada 'Proyecto 2', propon铆a lo siguiente: 鈥淟levar a cabo una contrarreforma para limitar el periodo de gobierno a 2 a帽os鈥. En 茅sta se destacan t茅rminos negativos como 鈥渃ontrarreforma鈥 y 鈥渓imitar鈥. As铆, mientras que una opci贸n iba perfumada, la otra llevaba disfraz de villano. En otras palabras, el planteamiento de la consulta estuvo sesgado. No fue una consulta imparcial, toda vez que tom贸 partido hacia una opci贸n.
El asunto queda ahora en manos de la Corte, pero en la esfera de la opini贸n p煤blica, las encuestas que se han hecho, tanto en la entidad (como la que public贸 Reforma hace unos d铆as) como a nivel nacional (como la que publicamos en este espacio hace unos meses, 'Baja California contra el pueblo', 19 julio 2019), han mostrado que la mayor铆a de los ciudadanos se opone a la medida de ampliar el periodo de gobierno despu茅s de la votaci贸n.
Una encuesta nacional de El Financiero, realizada a finales de julio, y que dej茅 en el tintero sin publicar pero que ahora rescato, mostraba el rechazo a la medida conocida medi谩ticamente como la 'ley Bonilla'.
Seg煤n el sondeo, en ese mes el 32 por ciento de los mexicanos estaba enterado 鈥渄e la ampliaci贸n del periodo de gobierno de 2 a 5 a帽os que aprob贸 el Congreso de Baja California鈥. Ante la pregunta de qu茅 deb铆a de hacerse ante tal medida, el 35 por ciento dijo que 鈥渟e debe aceptar y respetar鈥, mientras que el 52 por ciento dijo que 鈥渟e debe rechazar y echar para atr谩s鈥. Si consideramos solamente a quienes s铆 estaban enterados del asunto, el rechazo a la ampliaci贸n era todav铆a m谩s alto, de 64 por ciento. Queden ah铆 estos datos como registro.
Pensando en las consultas que haya m谩s adelante en el pa铆s, hay que tomar en cuenta que en un mecanismo de democracia participativa las opciones que se presentan (y c贸mo se presentan) deben garantizar la libre, equitativa y genuina expresi贸n de las diversas preferencias ciudadanas.
Ante la tendencia global de creciente desconfianza ciudadana en los pol铆ticos, es probable que las formas de democracia participativa puedan ser un punto de acercamiento, de empoderamiento mutuo y de restablecimiento de la confianza perdida. La consulta de Baja California iba en sentido contrario.