La consulta: el mensaje equivocado

Parece ser más importante el aspecto legitimador de la consulta de revocación, el resultado que ratifique el mandato, que promover la participación ciudadana y la democracia directa.
14/01/2022

La consulta de revocación de mandato está agendada, en principio, para el 10 de abril, coincidente con el 103 aniversario luctuoso de Emiliano Zapata. El ejercicio se prevé como uno de los procesos de mayor intensidad política del año, por lo que vale la pena ir haciendo algunas lecturas de la opinión pública al respecto.

La consulta tiene una figura legal y su organización responde a la lógica de una elección constitucional, organizada por el INE, a la que se convocará a todo el electorado a participar. Aun así, la consulta divide opiniones entre la ciudadanía respecto a si es necesaria o no: la mitad de la población cree que sí es necesaria (50 por ciento) y casi la otra mitad no (47 por ciento), de acuerdo con una encuesta nacional de EL FINANCIERO realizada en noviembre pasado.

Esas posturas tienen un fuerte componente partidario. La mayoría de los simpatizantes de Morena ve necesaria la consulta, mientras que la mayoría de panistas y perredistas la ve como un esfuerzo innecesario. Los priistas y los apartidistas están más divididos en sus opiniones. Entre los apartidistas, el grupo más numeroso, 45 por ciento, la ve necesaria y 53 por ciento no.

Más allá de los partidismos, una consulta de este tipo refleja el interés por proveer a la sociedad mexicana de mecanismos de democracia directa y participativa. Hay quienes ven las consultas y referéndums como ejercicios democráticos que dotan a la ciudadanía de poder de decisión en asuntos de interés público.

También hay quienes expresan dudas y señalan a los ejercicios plebiscitarios como uno de los recursos empleados por líderes populistas para decidir asuntos en nombre del ‘pueblo’ cuando en realidad dan pasos hacia el retroceso democrático.

El politólogo Adam Przeworski expresa una postura intermedia. En su libro Crises of Democracy (Cambridge 2019), señala que los referéndums de iniciativa popular son, efectivamente, uno de los mecanismos favoritos empleados por partidos populistas, usualmente dados a rechazar el orden institucional y las formas de democracia representativa, pero no los ve como algo necesariamente antidemocrático. El debate está abierto.

Lo que sí llamó mucho la atención fue que el presidente López Obrador, ante la controversia sobre los recursos económicos requeridos por el INE para llevar a cabo la consulta, haya sugerido que se podrían hacer encuestas en lugar de ésta.

Me parece que la propuesta emite un mensaje equivocado. Las encuestas son excelentes metodologías de investigación y generación de conocimiento, pero no pueden y no deben sustituir a las elecciones ni a las consultas ciudadanas.

Las encuestas (en las que se entrevista a muestras de alrededor de mil ciudadanos) son complementos informativos, no sustitutos, de las elecciones y de las consultas (en las que se espera que voten millones). Las encuestas usan muestras pequeñas para hacer inferencia estadística; las elecciones y las consultas son ejercicios masivos, incluyentes y definitorias en asuntos públicos, de gobierno y de representación política.

Pero el problema es el mensaje que lleva de fondo la propuesta: que parece ser más importante el aspecto legitimador de la consulta, el resultado que ratifique el mandato, que promover la participación ciudadana y la democracia directa.

¿No es acaso el objetivo central de los mecanismos de democracia directa ser incluyentes y empoderar a la ciudadanía para decidir sobre asuntos públicos?

Para ser vinculante, la consulta requiere de 40 por ciento de participación. A estas alturas se ve difícil que se alcance ese umbral, por lo menos por dos razones. Una es que, por el tema de los recursos, podría haber menos casillas que en una elección federal y, consecuentemente, podría haber menos participación.

La otra es que la oposición no parece estar movilizando los sentimientos de la ciudadanía insatisfecha para salir a emitir un voto negativo contra el Presidente. De seguir así, la mayoría que muestran hoy las encuestas a favor de que AMLO continúe su mandato, de alrededor de 60 por ciento, podría ampliarse.

Hay aspectos adicionales que se pueden ir analizando sobre la consulta. De aquí a abril, espero haya varias oportunidades para hacerlo.

amoreno@elfinanciero.com.mx



ALEJANDRO MORENO es profesor del Departamento de Ciencia Política del ITAM y vicepresidente de la World Values Survey Association. Actualmente es Consultor/Director de Encuestas y Estudios de Opinión de El Financiero.Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

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