Vamos hacia una elección inusual en la que los viejos adversarios polÃticos se juntaron para enfrentar a sus nuevos adversarios. La vieja guardia partidaria combina las opciones históricas de centro-derecha y derecha, PAN y PRI, con la opción histórica de centro-izquierda, el PRD. La nueva guardia combina una izquierda que a algunos no les parece tanto, Morena, con partidos de centro-izquierda y centro, el PT y PVEM, y un partido que luce en teorÃa de derecha, Encuentro Solidario. Movimiento Ciudadano es el huerfanito voluntario que busca el voto centrista.
AsÃ, las dos coaliciones principales tienen su fuerza predominante en las alas izquierda (Morena) y derecha (PAN-PRI) del espectro polÃtico, pero sus respectivos aliados les amplÃan su cobertura ideológica de una manera que pareciera borrar cualquier frontera en ese espectro y, por ende, dar la impresión de que la ideologÃa no importa.
Pero no es el caso. El electorado mexicano luce muy bien alineado y hasta polarizado en términos ideológicos. Ya en este espacio hemos abordado el tema de la polarización polÃtica en diversas ocasiones, pero no habÃamos tenido oportunidad para mostrar el espectro ideológico partidario que rige este 2021. La reciente encuesta nacional de EL FINANCIERO nos ofrece la información para delinear el espectro polÃtico actual.
Según la encuesta, aplicada a 2 mil electores en todo el paÃs, tanto en vivienda como por teléfono, los morenistas se ubican, en promedio, en una posición de izquierda. Pero éstos no marcan las posiciones más extremas; ligeramente a la izquierda de ellos están los obradoristas, y todavÃa más a la izquierda hay un subgrupo de simptizantes del presidente López Obrador que denominaremos obradoristas 4T, los más comprometidos con el proyecto presidencial.
Del otro lado, la derecha la definen panistas y priistas, y más a la derecha aún, los priistas y panistas duros. La distancia entre obradoristas 4T y los panistas duros es la más grande en el espectro actual, son los polos de nuestra polarización, los extremos de la competencia electoral.
El centro lo dominan los apartidistas, pero también están otros grupos: perredistas y petistas figuran en una posición de centro-izquierda, y los verdes (PVEM) de centro-derecha. Aunque no se muestran en el gráfico que acompaña a este texto, los simpatizantes de los partidos nuevos (FPM, RSP y PES, en ese orden), y quienes piensan votar por una opción independiente, se ubican en una pequeña órbita en torno al centro del espectro.
AsÃ, mientras que los aliados menores de las coaliciones son las opciones centristas, las principales alternativas partidarias se ubican hacia los extremos. Se trata, como ya hemos dicho aquÃ, de una elección polarizada. Bueno, excepto que esas opciones polÃticas principales también dependen del votante apartidista, ubicado en el mero centro de todo. Alrededor de la mitad del apoyo a Morena y al PAN provienen del electorado apartidario.
Los emecistas (los de Movimiento Ciudadano, pues) están también ahà en el centro-centro, jalando electores decepcionados de Morena, asà como a potenciales seguidores de la alianza PAN-PRI-PRD que no terminan por convencerse de esa construcción polÃtica-electoral.
¿Importa esta geometrÃa polÃtica o no? La encuesta sugiere que sÃ, y no solamente en el voto. La diferenciación polÃtica de hoy refleja mucho más que la preferencia electoral; también se traduce en patrones de conversación y discusión polÃtica. Los polos se ven entre sà con desdén y desconfianza. ¿Y eso qué implica?
Hoy en dÃa, la polarización polÃtica tiene interpretaciones optimistas y pesimistas. Entre las pesimistas está el libro reciente de Haggard y Kaufman, Backsliding, que atribuye a la polarización el deterioro democrático contemporáneo y el surgimiento de autócratas. Del lado medianamente optimista está el libro de Ezra Klein, Why We’re Polarized, que sugiere que la polarización es una vÃa para expresar nuestros profundos desacuerdos y asà salir de condiciones de supresión. El asunto de fondo es no quedarse en las discrepancias, sino en reconocerlas y resolverlas. Si hay la voluntad, claro.
¿Cree usted que vamos por alguna de esas rutas de la polarización? La primera causa pánico, aunque no necesariamente justificado. Y la segunda requiere de un bien escaso en estos dÃas: un esfuerzo por reconocer al otro. Reflexionemos en ello, pero, por lo pronto, la polarización es real y la ideologÃa sà importa.