En esta semana, EL FINANCIERO publicó los resultados de una encuesta sobre salud mental en la Ciudad de México: un tercio de los capitalinos dijo que en su hogar ha sufrido alguna crisis psicológica, crisis nerviosa o depresión en estos dÃas de agosto. La serie de resultados, recolectados casi mes a mes a lo largo de la pandemia, mostraban que el porcentaje de mención de crisis psicológicas en el hogar refleja muy bien los picos de contagios de las tres olas de Covid-19. Al subir los contagios suben las crisis emocionales en casa, y al bajar estos, parecen relajarse los ánimos.
La pandemia no es la única causa de depresión o crisis nerviosas, pero probablemente sà sea uno de los ejes, si no es que el eje, centrales de los padecimientos mentales de la población capitalina en este último año y medio. Las ansiedades económicas, el desempleo, la inseguridad, la violencia doméstica, entre otros, se pueden también sumar a la lista. Cualesquiera que sean las causas de las crisis emocionales actualmente, la encuesta llamó la atención porque deja un registro de que los problemas de salud mental están ahÃ, en muchos casos con carácter de urgente, y es probable que no todos los que los padecen los manifiesten en la encuesta. Su extensión podrÃa ser incluso mayor.
En la serie de encuestas de EL FINANCIERO en la Ciudad de México también hemos preguntado qué tan estresadas se sintieron las personas entrevistadas en la última semana. El estrés es un sÃntoma un poco más leve que la depresión o la crisis nerviosa referidas en la otra pregunta, pero no por ello deja de ser importante dentro del ámbito de la salud mental. La ciudad es estresante por naturaleza. Su dinamismo, su ruido, la enorme población, sus riesgos de seguridad, su ritmo, su tráfico, sus inundaciones de temporada, la posibilidad de movimientos telúricos, el regreso a clases presenciales, y sÃgale contando, todos contribuyen, en mayor o menor medida, al estrés. A eso hay que añadir las diversas experiencias propias, personales y familiares.
De acuerdo con la serie de encuestas de EL FINANCIERO, la proporción de personas entrevistadas que dijo haber sentido mucho o algo de estrés en la última semana rebasaba los dos tercios desde antes de la pandemia, con 68 por ciento en enero y febrero de 2020. La ciudad ya estaba estresada. Y el tamaño del estrés luce monumental.
El inicio de la pandemia aumentó el estrés ligeramente, a 70 por ciento en mayo de ese año, pero la población se relajó un poco algunos meses después, al registrar 59 y 57 por ciento en septiembre y noviembre, con los contagios a la baja y el confinamiento un poco más relajado también, o por lo menos más normalizado.
El estrés aumentó nuevamente durante la segunda ola de contagios, alcanzando 75 por ciento en enero de 2021 y 77 por ciento en febrero. Tres de cada cuatro capitalinos con estrés.
La población capitalina se relajó un poco, al grado de registrar 50 por ciento en junio y nuevamente subió el porcentaje, a 60 por ciento en julio y a 57 por ciento en agosto, ya en plena tercera ola. Con todo y que el número de contagios de la tercera ola ya rompió lo récords anteriores, el estrés en sà no ha llegado a los niveles de la segunda ola. Aun asÃ, la dinámica de los contagios sà parece incidir con claridad en el estrés capitalino.
El estrés bien podrÃa ser menos grave que las crisis psicológicas, emocionales y la depresión, pero es mucho más común y extendido. No ha habido ningún mes desde enero de 2020 en el que por lo menos la mitad de la población no sienta mucho o algo de estrés en la ciudad. Incluso si vemos solamente al núcleo de entrevistados que dijo sentir mucho estrés, el promedio para todo el periodo de enero 2020 a agosto 2021 es de 27 por ciento. Por lo menos uno de cada cuatro capitalinos vive con un alto nivel de estrés, el cual llegó a registrar hasta 38 por ciento en mayo de 2020. En este mes de agosto se registró 20 por ciento: uno de cada cinco capitalinos sintiendo mucho estrés.
Las encuestas nos han ayudado a conocer y entender las actitudes y opiniones de la población sobre diversas temáticas. Durante esta época de pandemia también nos han ayudado a conocer y a documentar ciertas aflicciones y padecimientos de salud mental entre la población. Queden aquà estos datos como un pulso de una ciudad estresante y estresada.