Sorpresiva es una nota de hoy en El Norte, sobre una licitación de la SEDENA para conocer la imagen pública de las Fuerzas Armadas en comparación con la de AMLO, quien hoy por hoy anda por las nubes.
Ante esto surgen deducciones más que lógicas y suspicacias e interrogantes muy sabrosas, como las siguientes:
1. Difícilmente es una decisión al margen del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, o sea AMLO.
2. En este gobierno se le han confiado a los militares una gran cantidad de tareas, bajo la idea de que son los únicos que pueden garantizar buenos resultados y evitar que regresen los perversos. Si el gobierno tuviera congales, estoy casi seguro que serían regenteados por los milicos.
3. ¿Podría acaso haber interés en saber si la Muchacha, como la esposa del Dr. Eleuterio González (Gonzalitos) quiere militar para la presidencia? Disgresión obligada: De acuerdo al libro sobre Gonzalitos del padre Aureliano Tapia, cuando las buenas gentes lo vieron interesado en aquella extraordinariamente hermosa muchacha, le advirtieron que no le convenía, porque “esa muchacha quiere militar”; aún así, nuestro benemérito médico se casó con ella, y el matrimonio duró hasta que llegó como jefe militar de la plaza de Monterrey un galán general que luego llegó a ser presidente de México: Mariano Arista, quien se la bajó con la facilidad que se le arranca un dulce a un niño, cometiendo además la rudeza innecesaria de presentarla como su mujer en las altas esferas sociales regiomontanas, que a pesar de su conservadurismo fueron condescendientes ante el poder, más o menos como ahora lo hacen ante las locuras de AMLO.
4. Y si dejando volar la imaginación nuestro próximo presidente es militar, ¿sería conveniente hacer vitalicio a nuestro actual Comandante Supremo?
¡Sabrá Dios, uno no sabe nunca nada! Como diría Alvaro Carrillo, pero lo que sí es muy claro es que cada vez se abren nuevos y más interesantes futuros posibles.
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