La barbarie que ha caracterizado al quehacer del crimen organizado en México, ha alcanzado un pico con el asesinato de la maestra Irma Hernández Cruz, en el estado de Veracruz.
Son tantas las atrocidades de los malandros que entendieron la idea de “abrazos no balazos†como patente de corzo para delinquir, que apenas se aprecia que, con este asesinato de la maestra Hernández Cruz, han cruzado un lÃnea imaginaria de no retorno.
Han brindado justificación plena para que los gringos intervengan en México, con la anuencia del Pueblo Bueno, porque la maestra era un genuino representante del pueblo y porque los maestros son el gremio más querido de los mexicanos.
DeberÃa también ser justificación para que CSP, oficialmente, dé por concluida la muy pendeja polÃtica de abrazos no balazos, declare el estado de excepción y les parta su madre a los malandros, sin contemplación alguna; pero creo que no lo hará.
Se abren varios futuros posibles marcados todos por la muerte, entre los cuales se encuentra un desgaste severo en la popularidad de la presidenta Sheinbaum.
Como dirÃa José Fouché, esto que los malandros hicieron con la maestra Hernández Cruz: “Fue peor que un crimen: fue una equivocaciónâ€.