Debe ser muy difícil ser simpatizante de AMLO. Lo que hoy ha hecho con Carmen Aristegui, lo lleva a los extremos de la ingratitud.
Hoy afirmó que todo aquello que representó Aristegui y que la prestigió entre sus seguidores, era más apariencia que realidad. Que al llegar a la “hora de las definiciones”, se pudo ver que no era lo que se pensaba. Para Carmen, la hora de las definiciones fue escoger entre honrar su profesión de periodista o apoyar la mutante causa de AMLO.
Puede afirmarse que sin el escándalo de la Casa Blanca de EPN o Angelica Rivera, donde Aristegui tuvo un muy destacado papel, y el de otros comunicadores como Brozo, AMLO no hubiera llegado a la presidencia.
Los seguidores más fieles de AMLO, que han hecho de la felación praxis política, y lo han acompañado por décadas, han establecido para AMLO el arquetipo de lo que debe ser un militante de su causa. Se debe estar con él, con el líder supremo, hasta la ignominia.
El problema es que esos fieles seguidores, los que lo apoyan al extremo de la indignidad, no son más del 20% de los mexicanos. Sí son muchos mamadores, nadie había tenido tantos, pero nunca fueron suficientes para ganar la presidencia.
La presidencia se ganó gracias a gente como Carmen Aristegui y Brozo, quienes por pendejos apoyaron a AMLO y convencieron a muchos mexicanos de que con AMLO resolvería nuestro país muchos de sus lastres, para ahora darse cuenta de que todo fue un engaño, que jugaron el rol de pendejos útiles.
Por supuesto que hubo más pendejos, además de Aristegui y Brozo, en los ámbitos académicos, culturales, intelectuales, científicos y empresariales. Muchos de ellos, cuando llegó “la hora de las definiciones”, reconocieron el error; algunos desde la cancelación del NAIM, otros lo han reconocido después, y los más más pendejos todavía lo apoyan, aunque algunos son seguidores vergonzantes.
¿Cuál es la “hora de las definiciones”? Es muy simple: es la hora en que se debe optar por apoyar alguna pendejada de AMLO, por absurda que sea, aunque ese apoyo, esa toma de postura, esa decisión, signifique cometer la peor traición que se puede perpetrar: La traición a uno mismo.
Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad.
PD. Invito a todos los amigos que escriben, sin mencionarme, a cerrar todos sus textos con la proclama que a partir de hoy pondré en los míos:
Libertad, igualdad, fraternidad y racionalidad. Que sea éste nuestro mantra, contra la polarización absurda de AMLO.
