La satisfacción, que mucho tiene que ver con nuestras ambiciones y nuestra capacidad para procesar inconvenientes, queda finalmente determinada por el contraste entre nuestras percepciones y nuestras expectativas.
Quienes sueñan con que el 24 sea el fin de Morena, tienen motivos más que suficientes para la frustración y el desencanto; quienes nos conformamos con que al menos se acaben las locuras de AMLO; que no se repliquen el próximo sexenio, tenemos motivos para, al menos, una tÃmida esperanza, con plena conciencia de que el devenir histórico de nuestra patria es una cadena de expectativas y decepciones, pero con la firme convicción de acomodarnos en algún rinconcito, que nos permita, aunque sea por evasión de la realidad, seguir siendo felices.
Sin más, les comparto los resultados de nuestro Monitoreo Nacional (https://youtu.be/ssppIjwnnAM), y la valoración de Adolfo González (https://tinyurl.com/23kro2e4).
