Qué época aquella, hace pocos años, en la que a ambos lados del Atlántico, en dos de las democracias que se perciben como de las más sólidas en el mundo, gobernaron simultáneamente Donald Trump (2017-2021) y Boris Johnson (2019-2022).
Era absurdo percibir que tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña hubieran llegado al poder dos sujetos que se parecían como gemelos no sólo en sus mechones de cabello rubio mail peinados, sino en tu pensamiento antidemocrático, pulsiones autoritarias y frivolidad suprema. ¿De veras estaba pasando esto?,. me preguntaba constantemente.
Donald Trump ya no está en la Casa Blanca, afortunadamente, y el inefable “BoJo” (Boris Jonhson), anunció en estos días su renuncia al cargo de Primer Ministro británico envuelto en el escándalo y la vergüenza, no sin antes presentar una fiera batalla verbal con su cinismo habitual en comparecencias ante el Parlamento.
A ‘BoJo’ lo tumbó, al final, su propio Partido Conservador al retirarle la confianza, como lo hicieron varios ministros al presentar sus renuncias al gabinete. Es decir, cuando todo lo demás había fallado, no resistió el “fuego amigo” y los últimos escrúpulos de los conservadores que veían en Jonhson la posibilidad de llevar al país al abismo si seguía en el poder.
Dejó Johnson el legado del Reino Unido separado de la Unión Europea y, en general, un deterioro lamentable (por su vulgaridad y cinismo) en la figura de lo que es y debe reflejar un Primer Ministro británico sentado en la misma silla que alguna vez ocupó Winston Churchill.
¿Cómo interpretar su salida desde México? Yo lo hago con el optimismo del analista que cree que los movimientos políticos en las grandes democracias del mundo tienen, necesariamente, una repercusión en las de países como el nuestro.
Las relaciones históricas entre México y Gran Bretaña no cesarán ni mucho menos por los cambios de gobernantes, pero sí se profundizan o aligeran según los vientos del momento.
En una parte de su mandato le tocó a AMLO (2018-2024) coincidir con los gobiernos de Trump y Johnson y compartir con ellos (especialmente con Trump) la similitud del perfil antidemocrático, autoritario y frívolo. Digamos que se sentían los tres como peces en el mismo estanque.
Los ciclos políticos en Gran Bretaña (el cargo lo designa el partido mayoritario en el Parlamento según las elecciones legislativas) y Estados Unidos (cuatro años) son más cortos que en México (seis años), razón por la cual permanece aún López Obrador en la presidencia mexicana; de otra forma, en un ciclo más corto, ya hubiera enfrentado su suerte en las urnas por su mediocre gestión pública y las acusaciones de corrupción en su círculo familiar, entre otras cosas.
Ante sus ojos tiene AMLO, sin embargo, la visión de la mala suerte de Trump y “BoJo” que pagaron caras sus decisiones equivocadas, corrupción y frivolidad, tan caro como lo puede ser la pérdida del poder y enfrentar acusaciones judiciales variadas en el caso de Trump; recordemos que Johnson tiene también una investigación abierta por la Policía de Londres por el asunto de las fiestas en las que participó en pleno confinamiento por la pandemia.
¿Será capaz AMLO de escarmentar en cabeza ajena? ¿Es posible que la renuncia de “BoJo” sea un factor que le haga recapacitar sobre sus decisiones de política pública desastrosas?
No soy optimista con la respuesta a esas preguntas y no espero reacción alguna del Presidente López Obrador, mucho menos una rectificación. Desafortunadamente es obstinado en sus decisiones y rechaza cualquier crítica u observación que se le haga, incluso de personas bien intencionadas.
Además, su indiferencia hacia los asuntos internacionales le hará quizá pasar por alto la renuncia de Johnson como un aviso para su gobierno. Para el presidente mexicano será como uno más de los titulares en su síntesis diaria de prensa, si es que alcanza a leerla.
De los tres alegres compadres señalados ampliamente como “populistas”, solamente queda uno en el poder. Al contrario de la rectificación que la nación mexicana le pide de mil maneras a AMLO, lo más probable es que el tabasqueño lo lea todo al revés: ya ven, dirá, yo sigo en el poder porque estoy haciendo las cosas mejor que Trump y Johnson, me hubieran preguntado antes cómo hacerle.
Bye, bye, “BoJo”, no te extrañaremos, y ¿AMLO para cuándo?
“Dichoso el humilde estado /del sabio que se retira /de aqueste mundo malvado /y con pobre mesa y casa /en el campo deleitoso /con solo Dios se compasa”, Fray Luis de León.
