México desde la Suburban

Rogelio Ríos

MIRADA AL MUNDO
En un sola cosa estuvieron de acuerdo los políticos y gobernantes que en las últimas cuatro décadas han desfilado por la cumbre del poder en México: todos, absolutamente todos, se subieron a la Suburban.
03/09/2021

Desde que tengo memoria, he visto pasar por las calles mexicanas a políticos de alto vuelo en camionetas grandes, cómodas y de buen lujo, aire acondicionado, vidrios polarizados y antenas por todos lados. Hay que abrirles paso, ni hablar, con sus miradas que apuntan siempre de arriba hacia abajo, como están acostumbrados los encumbrados a observar a sus gobernados.

Presidentes de la República, senadores, diputados, gobernadores y hasta funcionarios de medio pelo caen subyugados por el paseo en la Suburban, las escoltas, el privilegio que da el poder a los mejores hijos de la Patria.

El Presidente López Obrador no pudo resistir a esa añeja tradición de los políticos nacionales y abandonó casi de inmediato Tsurus y Jettas para su transporte. Recorrió recientemente, por ejemplo, parte del estado de Chiapas en su camioneta, fue bloqueado y atrapado por protestas de maestros, participó en la conferencia matutina mientras se encontraba retenido, pasó junto a una caravana de migrantes centroamericanos que salió de Tapachula rumbo a la frontera norte y no los volteó a ver desde la comodidad del aire acondicionado.

¡Qué distinto se ve México desde la Suburban! Tanto así que la convirtió el Presidente López Obrador en una extensión de su despacho en Palacio Nacional. Una fotografía publicada en el diario Reforma capturó el embrujo presidencial: se ve su paso veloz junto a los migrantes en la carretera, la mirada al frente, el semblante completamente indiferente a lo que veía, el ronroneo del motor V8 y una suspensión de maravilla provocan ese efecto de no sentir el camino ni el cansancio del viaje.

¿Para qué detenerse y bajar de la camioneta? ¿Vale la pena abandonar la comodidad del vehículo para atender protestas y caravanas sobre el asfalto asfixiante? Claro que no, pensaría AMLO, quien no duda en aprovechar cada indulgencia que el poder le permite tener, al fin todo es con cargo al erario.

Llegaron las alternancias a la cumbre del Gobierno mexicano, primero los panistas y luego los morenistas con un intermedio priista. Ensayó cada Presidente doctrinas políticas novedosas (¿recuerdan la del “liberalismo social”?), planes de gobierno y estrategias de gasto público que, ahora sí, harían avanzar a México en unos cuantos años.

Vinieron relevos de funcionarios y equipos de asesores, cambios generacionales de senadores y diputados, jóvenes gobernadores que parecían incorruptibles, primeras damas que llamaban la atención, en fin, promesas y más promesas de cambios bajo siglas de todo tipo y partidos de todos colores.

En un sola cosa, sin embargo, estuvieron de acuerdo los políticos y gobernantes que en las últimas cuatro décadas han desfilado por la cumbre del poder: todos, absolutamente todos, se subieron a la Suburban para desde ahí observar a México, perfectamente aislados del ruido exterior y protegidos de las rudezas del camino.

No los culpo, es una gran camioneta familiar y una maravilla de vehículo Chevrolet, pero no para encumbrar a generaciones de políticos tan prometedores como ineptos.

México desde la Suburban: anotaremos al Presidente López Obrador como seguidor de la tradición política mexicana. Adiós, Tsurus y Jettas.

Rogelio.rios60@gmail.com



ROGELIO RÍOS estudió Relaciones Internacionales y es periodista de opinión sobre México y el mundo.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

Más artículos del autor

Contenido reciente