Siempre lo he dicho y lo reitero aquÃ: los mexicanos deberÃamos tener la oportunidad de votar en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Son tantas las repercusiones de la elección del inquilino de la Casa Blanca para México, es tan profundo el tejido económico y social entre los dos vecinos del RÃo Bravo y son tan abundantes sus afinidades culturales y populares, que se justifica lo que digo.
Prácticamente cualquier decisión polÃtica repercute más allá de la frontera compartida. No hay muro alguno que lo impida.
En la formulación de cada polÃtica pública en Washington, desde el medio ambiente hasta la migración, pasando por las regulaciones a los tomates y aguacates, muchos mexicanos acaban prestando tanta o más atención a lo que hace y dice el Gobierno de los Estados Unidos que al gobierno de México. Asà de sencillo.
El cine norteamericano tiene entre los mexicanos a una de sus audiencias más numerosa y fiel, varios directores de cine y actores y actrices viven una nueva época dorada en Hollywood: Guillermo del Toro, Salma Hayek, Eugenio Derbez, etcétera.
No es de hoy, sino de hace muchos años, el lazo establecido entre el cine estadounidense y el cine mexicano; recordemos a John Wayne como un actor muy querido en México.
Literatura, academia y medios de comunicación dedican en Estados Unidos mucho espacio a México, más quizá que a cualquier otro paÃs de América Latina, aunque desafortunadamente casi siempre por su nota roja y la violencia, pero de cualquier manera se escucha constantemente el nombre de México entre el público norteamericano.
PodrÃa seguir con más y más argumentos a favor de mi propuesta, pero no es el caso y no habrÃa espacio suficiente.
Mi punto es que los mexicanos nos involucremos más y más en los diversos foros de la opinión pública en Estados Unidos.
Involucrarse más, por supuesto, con información valiosa y oportuna, expandir los temas relativos a México más allá de la violencia y el crimen organizado, no porque pretendamos negar esa parte de la realidad, sino porque ese ùnico tema negativo está opacando a otras cosas positivas que suceden en México, a ese lado soleado de la calle que no se alcanza a reflejar para el público estadounidense.
México es más, mucho más, que el Cártel de Sinaloa, más que sus polÃticos corruptos, más que el “agujero negro†o el “Estado fallido†que se dibuja en algunos medios de comunicación de Estados Unidos, siempre dispuestos a la exageración para atraer audiencias.
La cuestión funciona en ambos sentidos de la frontera: Estados Unidos es una nación demasiado compleja y vasta para reducirla a la figura del Presidente Trump, o creer que “todos los gringos son iguales†en que caen con tanta frecuencia muchos mexicanos.
Por eso, el “voto mexicano†es una forma de decir que tenemos la capacidad de influir positivamente en la opinión pública estadounidense al aportar elementos de juicio sólidos y bien sustentados sobre México.
No nos presentaremos en una casilla en noviembre próximo a votar. Lo que podemos hacer, desde ahora, es explicar lo que es México a los estadounidenses, pero todo México; sus caras luminosas, su gente pacÃfica y de mente abierta, los pueblos y ciudades en que residen muchos norteamericanos y se sienten como en su casa sin ser molestados porque son “gringosâ€.
Es una batalla larga y sostenida que irá más allá de los resultados electorales y de quien ocupe la Casa Blanca en 2021 en el nuevo ciclo presidencial, pero que cada mexicano puede pelear.
No dejemos solos a nuestros diplomáticos que sudan la gota gorda dÃa a dÃa al dar la cara por nuestro paÃs en EUA, ni a los artistas, académicos, escritores, poetas, periodistas, deportistas, etcétera, que dÃa a dÃa “votan†con su esfuerzo por México en Estados Unidos: ¡vamos a echarles una manita, paisanos!
¡Feliz Año Nuevo 2020!
Rogelio.rios60gmail.com