Algo que he constatado a lo largo de mi vida es que las personas que desde niños han jugado fútbol americano son de las mejores para trabajar en equipo.
En el sector privado, en el gobierno o la sociedad civil, he percibido un hilo común en amigos y colegas con los que he compartido experiencias, pues no son lobos solitarios ni estrellas de rock o ermitaños de montaña.
Mejor que eso, siguen siendo jugadores de fútbol americano, aunque ya no traigan puesto el casco ni las hombreras.
Esa fue la primera reacción que me provocó la lectura del libro de Miguel Treviño, Contracorriente. Por qué y cómo entrarle al reto de rescatar tu ciudad (publicado por Penguin Random House Grupo Editorial, 2025, prólogo de Sergio Fajardo), quien formó su teamback al llegar a la alcaldía de San Pedro en 2018 y le inculcó una joya de Vince Lombardi.
“Enfocarse es la habilidad de mantener la vista en el objetivo mientras todo a tu alrededor intenta distraerte”, dijo el histórico coach de fútbol americano.
Mi comentario sobre el libro se enfocará en dos puntos concretos: motivación y liderazgo.
Miguel Treviño compitió como candidato independiente por la presidencia municipal de San Pedro Garza García, N.L., en 2018, ganó la elección y fue reelecto para un segundo periodo consecutivo que concluyó en 2024.
Su texto es fruto de reflexiones que fue anotando a lo largo de su ejercicio municipal que, por circunstancias afortunadas, pudo ver plasmadas en un libro.
La intención de su obra es pedagógica, a la manera de un manual de gestión pública elaborado sobre la exposición clara de la formación de sus equipos, la definición de una ética de trabajo y la creación de una visión compartida.
No se queda, afortunadamente, en un recetario de políticas públicas. Hay en todo el texto una mezcla de tono profesional o académico con toques personales, humanos, de momentos de incertidumbre, dudas, errores cometidos, aciertos logrados, que en conjunto nos revela la prueba durísima que fue el servicio público para un joven político idealista y su equipo en 2018.
El reto de gobernar San Pedro no es menor: “hay 130 mil alcaldes”, le dijo un político a Miguel.
¿Por qué “aventarse a la alberca” de la política sin haber tanteado el agua?
Entre las razones expuestas en el libro, resalta una: la política es el espacio en donde se toman las decisiones importantes para la sociedad, no hay otro igual.
Además, la acción política requiere de políticos racionales, es decir, que combinen en su persona la convicción profunda por el servicio público y la preparación profesional suficiente, sin dejar de lado esa capacidad de oro de saber trabajar en y para el equipo.
“El verdadero problema de México”, nos dice Miguel, “es que muy pocos de sus jóvenes más íntegros, talentosos, comprometidos y creativos están dispuestos a honrar su vocación por el servicio público y por la política. Eso es precisamente lo que nuestro país más necesita”.
Sobre el tema de liderazgo, en el libro queda en claro que las decisiones bien informadas con datos reducen el margen de error, a contracorriente del estilo personal de gobernar casuístico y frívolo de muchos políticos mexicanos.
Uno de los capítulos que más me llamó la atención fue el que relata la necesidad de un buen manejo de los equipos de trabajo con base en la atención a todas las voces, aunque la decisión final y sus costos van a la cuenta personal del alcalde.
Quedan para el balance final, a la distancia y desapasionado, de su doble gestión municipal (2108-2024), los aciertos y errores del Team Treviño en lo que fue una aventura audaz del primer gobierno independiente en San Pedro, en donde cada habitante es un alcalde y cada empresario un gobernador.
Comparto, por lo pronto, lo que dice Sergio Fajardo, el legendario alcalde colombiano, en el prólogo sobre que “no es solo un libro para funcionarios, su riqueza de enseñanzas sobre liderazgo lo hace relevante para cualquier persona que aspire a dirigir con visión y responsabilidad”.
Finalmente, ¿se subirá de nuevo el Team Treviño independiente al emparrillado? ¿Ya colgaron las hombreras? ¿No les atrae jugar en el Súper Bowl de la política mexicana?