No han cambiado mucho las cosas en M茅xico, respecto de gobiernos anteriores, cuando de anunciar los miembros del futuro gabinete de Claudia Sheinbaum se trata: es el mismo viejo ritual, pero con siglas y colores nuevos.
Fue m谩s intrigante cuando le toc贸 a L贸pez Obrador saber qui茅nes ser铆an sus colaboradores, all谩 por 2018, que hoy con Claudia: varios personajes repiten en el gabinete y los nuevos elementos son a煤n desconocidos a nivel nacional.
En esta ocasi贸n, sin embargo, hay una cuesti贸n que me intriga: 驴cu谩les son los l铆mites de la lealtad en el nuevo gabinete? 驴Hasta d贸nde estar谩n dispuestos los hombres y mujeres del equipo de Claudia a respetar o rebasar la l铆nea 茅tica que divide a la honestidad de la corrupci贸n?
Las interrogantes que planteo no aplican s贸lo a quienes ya trabajaron con AMLO, sino tambi茅n a quienes van a trabajar por primera vez en un gobierno morenista y cuyo entusiasmo les har铆a quiz谩 ignorar la realidad dura del pa铆s.
Los reci茅n llegados se enfrentan al dilema de sus vidas: 驴qu茅 har谩n cuando se den cuenta de c贸mo son algunas cosas cuando est谩s dentro del universo morenista?
驴C贸mo van a reaccionar cuando se enteren de actos de corrupci贸n de compa帽eros en el gobierno? 驴C贸mo decir 鈥渘o鈥 cuando alguien les pida hacer algo indebido, ilegal y contrario a las leyes?
Cuando la lealtad personal es puesta a prueba, como lo hizo L贸pez Obrador a lo largo de su gesti贸n con sus colaboradores y empresarios, no hay remilgo de honestidad que valga: si cumples, ser谩s leal a la Causa aunque te hayas ensuciado las manos; si no cumples, ser谩s un traidor a la Causa que no admite la menor rebeli贸n entre sus colaboradores.
La lealtad incondicional no lleva a otro lugar que a la p茅rdida de la honestidad profesional y al enga帽o personal de justificar los malos actos porque se hicieron por razones 鈥渂uenas鈥.
A nivel del servicio p煤blico, la integridad del funcionario es un mandato legal, no una opci贸n personal. En el mundo ideal, hay delitos de corrupci贸n tipificados y castigos para los infractores.
En los cajones de cada dependencia federal, empezando por el Palacio Nacional, siguen guardados y empolvados los ejemplares del C贸digo de 脡tica de las Personas Servidoras P煤blicas del Gobierno Federal que nadie lee.
En el mundo real, lejos de los c贸digos, la impunidad ha sido una plaga de la casa morenista. Los deshonestos no son castigados, sino premiados con nuevos cargos p煤blicos por su lealtad llevada hasta la ignominia.
鈥淟a 茅tica p煤blica se rige鈥, nos dice el art铆culo 6 del C贸digo, 鈥減or los principios constitucionales de Legalidad, Honradez, Lealtad, Imparcialidad y Eficiencia en el entendido de que, por su naturaleza y definici贸n, convergen de manera permanente y se implican rec铆procamente, con los principios legales, valores y reglas de integridad, que todas las personas servidoras p煤blicas deber谩n observar y aplicar como base de una conducta que tienda a la excelencia, en el desempe帽o de sus empleos, cargos o comisiones鈥.
Surgieron en mi mente estas reflexiones por la designaci贸n de Altagracia G贸mez Sierra (32 a帽os), joven jalisciense de familia empresarial por tercera generaci贸n, como el enlace de Claudia con los empresarios a trav茅s de un consejo de coordinaci贸n empresarial que presidir谩 en condici贸n honor铆fica.
Formada en la industria del ma铆z y la tortilla (谩rea siempre complicada) y con experiencia en log铆stica, con estudios de derecho en M茅xico y especializaciones en el extranjero, tiene un perfil profesional y se le nota una gran disposici贸n de servir a su pa铆s a trav茅s de su participaci贸n en el gobierno, seg煤n percib铆 en entrevistas que ha concedido.
En cualquier gobierno de cualquier orientaci贸n pol铆tica, Altagracia ser铆a, sin duda, una adquisici贸n muy valiosa como colaboradora y asesora.
Ella marcar谩 probablemente un relevo generacional de la presencia empresarial en la esfera presidencial que ojal谩 y se extienda a otras 谩reas de la administraci贸n p煤blica.
鈥淓l prop贸sito legitima al poder鈥, dijo entusiasmada en una de sus entrevistas, en el contexto de los programas sociales como herramientas de combate a la desigualdad.
Lo legitima, le replicar铆a a Altagracia, s贸lo hasta el punto en no quiebre dicho poder al estado de derecho, ni la lealtad y el inter茅s leg铆timo empresarial por hacer negocios rompa la 茅tica del servidor p煤blico.
Le tocar谩, eso s铆, danzar con los lobos morenistas, como la Caperucita de Charles Perrault. Yo le sugiero que busque una copia del C贸digo de 脡tica y la esgrima como un crucifijo ante los demonios que intenten, desde el gobierno mismo, atraerla m谩s all谩 de la lealtad razonable y la honestidad profesional.
Buena fortuna para la reci茅n llegada: las miradas de muchas mujeres j贸venes mexicanas estar谩n sobre ella.
