Durante las últimas semanas se corrió el rumor de que el Tribunal Estatal Electoral de Nuevo León dictará una sentencia según la cual, como en el estado no ha habido una gobernadora, se obligaría a los partidos políticos locales o a las coaliciones, a postular a una mujer como su candidata, con la finalidad de que se rompa ese techo de cristal.
Es solo un rumor, pero que se ve alimentado por la insistencia del gobernador Samuel García, de impulsar a su esposa, Mariana Rodríguez, como candidata de Movimiento Ciudadano para la contienda que se llevará a cabo el año 2027.
El objetivo, insistimos según los rumores, consiste en cerrar el paso a la candidatura de Adrián de la Garza, alcalde de Monterrey y principal figura de una posible coalición PRI-PAN, quien no tendría la oportunidad de competir en la búsqueda de la gubernatura debido a cuestiones de género.
Consideramos que esta es, en caso de concretarse, una de las formas en las cuales, cada vez con mayor frecuencia, los procesos electorales se han judicializado, perjudicando con ello la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones democráticas, en este caso tomando la cuestión de género como excusa y no porque se considere un derecho.
Aclaremos, consideramos que el abrir espacios desde la autoridad para fomentar la participación de las mujeres, constituye una forma necesaria para compensar el hecho de que durante mucho tiempo se les cerró el paso a los distintos puestos políticos, inclusive al ejercicio de sus derechos, como el del voto, también constituye una forma de impulsar su participación en una actividad en la cual hasta hace poco su presencia era casi simbólica, solo esperamos que no se presente una situación en la cual el péndulo se corra hasta el otro extremo.
Independientemente de lo anterior, esta medida puede ser considerada inconstitucional y vulnerar el principio universal de los derechos humanos en el sentido de que el hombre y la mujer son iguales ante la ley.
Volviendo al caso que nos ocupa, esperamos que, de ser cierto lo que se rumora, los esfuerzos de Samuel por cerrar la participación a los hombres, aunque más bien directamente a Adrián, sean infructuosos pues consideramos que, en última instancia, somos nosotros, los ciudadanos, quienes debemos decidir quién gobierna el estado.
Entendemos que Samuel hace su lucha para lograr un escenario que le favorezca en su propósito de alzarse con la candidatura de MC a la presidencia de la república, pero de ahí a que compartamos esa forma de hacer política, como se dice, a través de “chicanas”, hay un largo trecho por recorrer.
Cabe decir que, quizá no todos en el PRI o en el PAN estén tan inconformes con la posibilidad de que se descarrile la candidatura de Adrián y aspirantes como Lorena de la Garza quizá se estén frotando las manos, ya que podría ser una tercera en discordia que lograría la posición por descarte.
No dude de que haya más personas en esa situación, las cuales seguramente esperan a ver qué sucede para mostrar sus cartas. No falta mucho para que comience el descarte.