Apenas hace una semana comentamos los hechos de violencia que se han presentado entre j贸venes estudiantes de secundaria y preparatoria, cuando nuevamente hemos sigo testigos de otros actos iguales.
Jovencitas enzarzadas en batallas que tienen como finalidad zanjar diferendos que bien pudieran ser solventados de otra forma. No a golpes o intentando asfixiar al oponente. como si hoy todo resulta de vida o muerte, hablando de forma literal.
Parece que es una tendencia que tiene que ver con la fama ef铆mera que generan las redes sociales, im谩genes de j贸venes, mujeres y hombres, peleando encarnizadamente como si en ello les fuera la vida. Los motivos son lo de menos, lo importante es vencer al oponente, por las buenas o por las malas.
Nuestros j贸venes buscan trascender de la forma en que ellos entienden actualmente esa trascendencia. Quiz谩 sea momento de ense帽arles otros caminos para lograrla.
Se帽alamos en nuestro anterior escrito que las autoridades educativas deber铆an establecer programas sostenidos para promover los valores y evitar el consumo de sustancias nocivas. Programas que no se queden en una simple clase de 40 o 50 minutos al mes. Ese tipo de 鈥減rogramas鈥 en realidad son m谩s para decir que se est谩 haciendo algo que para realmente trabajar en el asunto.
M谩s que resultados, se busca una foto, una imagen para que quede constancia de que se tomaron cartas en el asunto, no importa si hay resultados o no. Como lo se帽ala Mil谩n Kundera, vivimos una 茅poca en que la gente se enamora de su propia imagen, una imagen distorsionada, idealizada, pero al mismo tiempo interpretada como heroica. Soy un h茅roe, aunque solo sea para la foto.
Hay libros escritos por autores locales que conocen el tema y que pueden ser base para esos programas, se帽alamos en particular los textos del maestro Roel Guajardo Cant煤 titulados 鈥淓l problema es de valores鈥 y 鈥淟as drogas, un problema de todos鈥.
Mientras no realicemos acciones de prevenci贸n sostenidas, no alcanzaremos resultados satisfactorios para la sociedad en que vivimos. Emplear los protocolos y aplicar las sanciones que en los reglamentos se estipulan, no es en ocasiones la mejor opci贸n.
Se debe buscar que los hechos no ocurran, que no se presenten estas peleas, estas agresiones, esta violencia que ya parece normal para amplios sectores juveniles, como tambi茅n se ha normalizado algo que podr铆amos llamar 鈥渃ultura del narcotr谩fico鈥.
Hoy, queremos llamar la atenci贸n acerca de otro aspecto que tambi茅n ha analizado detenidamente el maestro Roel Guajardo, el del liderazgo de los directores de cada escuela. Este puede ser el As que se esconda en la manga de las autoridades.
Los directores pueden y deben ser los l铆deres de la comunidad educativa, quienes generen la cohesi贸n necesaria en la comunidad educativa para alcanzar grandes metas, como es el caso de prevenir la violencia entre nuestros j贸venes.
En su texto 鈥淓l director como l铆der de proyecto鈥, Guajardo Cant煤 nos explica paso a paso como se genera esa cohesi贸n, como se crean proyectos comunes y la forma en que se puede involucrar a la comunidad toda para conseguir objetivos asumidos por todos como propios.
No hay recetas f谩ciles, se trata de trabajo, trabajo y m谩s trabajo, pero los resultados valen la pena. Ah铆 se presentan tambi茅n las opciones que tienen las autoridades de los distintos niveles de gobierno para acompa帽ar a las escuelas en este tipo de proyectos.
Insistimos, es momento de poner un alto a una situaci贸n que puede salirse de control, si es que no lo ha hecho ya. De no permitir que los j贸venes vean en la violencia una forma de solucionar conflictos, que la transformen en un ajuste de cuentas sin ver otro tipo de soluciones.
Las autoridades educativas tienen la palabra, se requiere no solo conocimiento, sino tambi茅n, y sobre todo, voluntad para enfrentar esta situaci贸n que nos golpea a la cara en los distintos medios de comunicaci贸n y, principalmente, en las redes sociales.
