Aunque aún no hay nada claro, parece que la terca realidad se empeña en contradecir los deseos del presidente López Obrador por lo que respecta a la Reforma del Poder Judicial.
Ayer sucedió algo que parecía impensable, Ricardo Monreal anunció que la futura presidenta había “sugerido” a los legisladores que respetaran los tiempos legales para realizar correctamente el proceso legislativo referente a la citada reforma, lo que podría llevar a que el dictamen que dejan los actuales legisladores tuviera que reponerse y con ello dejar sin efecto la iniciativa presidencial.
Lo anterior nos lleva a pensar que las implicaciones de la insistencia, por no decir terquedad, de Andrés en sacar adelante cueste lo que cueste la multicitada reforma, son ya demasiado onerosas para el país, política y económicamente hablando.
Ya nuestros principales socios comerciales señalaron que no ven con buenos ojos la citada reforma y deslizaron la posibilidad de romper el tratado comercial de Norteamérica, con todo lo que ello implica para nuestro país, ya que el 80% de nuestras exportaciones y casi el 100% de las festejadas remesas provienen de Estados Unidos.
AMLO puso en pausa las relaciones con las embajadas de EU y Canadá y recurrió a la arenga en torno al nacionalismo y en ello ha sido apoyado por las redes sociales, no sabemos si de manera orgánica o impulsadas por el presupuesto gubernamental, pero es obvio que ello no le importó al mundo económico y financiero, el peso se deslizó casi hasta los 20 por dólar y la bolsa tuvo una caída importante.
Hay incluso quienes piensan que las arengas nacionalistas del presidente tienen como finalidad tejer un manto de impunidad y prevenir aquello que se pudiera ofrecer una vez que el Mayo Zambada comience a declarar.
De ahí que el anuncio de Monreal tenga que ser leído como un intento por calmar a los mercados en el cual participó también Claudia Sheinbaum Pardo quien reafirmó que efectivamente hizo la solicitud a los legisladores de su partido, pero también como un intento por evitar una crisis de mayores proporciones al inicio del sexenio, lo que la llevaría a perder cualquier poder real que pudiera llegar a tener.
No creemos que haya sido una coincidencia que ayer mismo se realizara una reunión en Palacio Nacional en la cual participó AMLO, Sheinbaum y el secretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O.
Es probable que las tensiones entre el presidente saliente y la futura presidenta comiencen a presentarse, porque la realidad es terca y como decía un expresidente español, Felipe González, con lo de comer no se juega.
Hoy el nacionalismo no puede ser igual al decimonónico, en nuestros días los países se integran en bloques comerciales en los cuales existen reglas comunes que deben respetarse, pero parece que nuestro presidente solo quiere tener lo bueno de la relación, pero no aquello que lo obliga a respetar las normas.
Vamos a esperar para ver a quién obedecen los legisladores, si a AMLO que tiene las riendas del movimiento, o a Sheinbaum que tendrá el poder legalmente constituido, aunque quizá no el poder real.
Esperemos que las diferencias se arreglen por los cauces civilizados y no vayamos a ver algo que desde el periodo posrevolucionario no se presenta en el país. La terca realidad ya se asoma y comienza a tocar la puerta.
