Por ahora, las encuestas indican que el partido en el gobierno lleva las de ganar con relación a la sucesión presidencial, tiene los candidatos más placeados, la mayor cantidad de gobernadores y un presidente en funciones que es muy popular. Además está cambiando las leyes, principalmente las que se refieren al INE, la estructura de este y está sometiendo poco a poco al Poder Judicial, o por lo menos lo está intentando desprestigiar para aquello que se pudiera ofrecer.
Por si todo lo anterior fuera poco, Morena cuenta con uno de los aparatos propagandísticos más poderosos que hayamos visto en muchos años, tanto por la mañanera, como por las granjas de bots y trols que maneja de forma cotidiana. Lo anterior sin contar con el uso que hasta ahora ha dado a las Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General de la República, amén del apoyo que ha recibido en las últimas elecciones de algunos poderes fácticos, sobre todo en el Pacífico.
En ese contexto habría que analizar la decisión que tomará el presidente por lo que respecta a quién será su sucesor o sucesora, así que vamos a “futurear” y a darle un poco de vuelo a la imaginación con respecto a la forma en que AMLO tomará la decisión y analizar quién puede ser el o la que escuche las “Palabras Mayores”.
Por principio de cuentas digamos que, como advierte Milán Kundera en “La Inmortalidad”, hay quienes se enamoran de su propia imagen, de algún gesto, de alguna idea acerca de sí mismos, en ese caso me parece se encuentra el presidente, quien no deja de “ver” su imagen como espera que se refleje en LA HISTORIA del país.
Andrés Manuel quiere ser un PRÓCER de la PATRIA, incluso creo que desea verse en lo más alto del Olimpo mexicano, por encima de Juárez, Madero y Cárdenas. Por ello hará lo que considere necesario para que así sea.
Suponiendo lo anterior, diremos que López Obrador conoce como pocos la historia del PRI, las componendas, traiciones y desazones que se han presentado en temas sucesorios, así como la forma en que los sucesores han tratado a los expresidentes. Andrés considera que la decisión más importante de su gobierno puede ser, de hecho lo es, a quién nombrar sucesor o sucesora.
Conoce la historia del Maximato y lo que hizo Cárdenas con Elías Calles, la de López Portillo y su pugna con Echeverría, la de Zedillo con Salinas y, de primera mano, la forma en que su gobierno está tratando a Peña Nieto.
En pocas palabras, sabe que su pase a LA HISTORIA, depende de su sucesor, más que de él mismo.
De acuerdo con lo anterior, AMLO debe decidir por alguien que considere que le será leal pese a todo, dentro o fuera de su partido y esto es muy importante, está consciente que, por ejemplo, a Salinas le hubiese ido mejor con el Jefe Diego o con Cárdenas como presidentes. Quizá Salinas suscribiría la frase “Estaría mejor con…”
Su hechura es, sin lugar a duda, Claudia Sheinbaum, es una especie de Mini Me, que repite por las tardes lo que Andrés dice por las mañanas, sin embargo, no lo representa a él, sino que representa a un núcleo duro del movimiento que él encabeza. Antes del caso de la línea 12 del Metro, dio muestras de independencia en medio de la crisis del Covid-19 y seguramente Andrés tomó nota de ello.
Marcelo Ebrard es su aliado, cedió ante la presión que ejerció AMLO en 2012, pero no forma parte de su equipo cercano, al menos no en lo ideológico, aunque es lo más cercano al nacionalismo revolucionario que va a encontrar en su equipo.
Para desgracia de Ebrard, no es bien visto por los sectores duros de Morena, lo que seguramente le resta puntos en la lucha por la sucesión, el círculo que ocupa los oídos de Andrés no lo quiere, quizá hasta lo acusan de priista encubierto. Lo cual pudiera no ser necesariamente una desventaja.
Adán Augusto es su amigo de toda la vida. Quizá más que Claudia, Adán debe su carrera a López Obrador, es bien visto por varios, y amplios, sectores de Morena, ya que ven a otro López, tiene sin embargo, un problema de origen, como dijera Salinas acerca de Zedillo pero este en sentido inverso, Andrés debería estar agradecido con la familia de su secretario de Gobernación. Quién sabe si AMLO pueda superar ese problema.
Ahora habría que analizar algunos problemas de percepción, o de cómo quiere ser percibido Andrés por la historia.
Su lema de “Por el bien de todos… primero los pobres” debe darnos un indicador, Andrés desea ser percibido como un reformador social, un liberador de su pueblo, quizá el Moisés del pueblo mexicano.
Salinas deseaba ser percibido por la historia como el gran reformador de la economía mexicana y su sucesor “le quitó los alfileres” a la economía que se derrumbó en aquél 1994 de infausta memoria. Salinas no se preparó para una contingencia de ese tipo, Andrés lo está haciendo y lo veremos en otra ocasión.
Ese es un punto que me gustaría analizar antes de que Andrés pronuncie las “Palabras Mayores” de que hablaba Luis Spota: “Tú lo serás”.
Pero lo dejaremos para otro artículo.