En los 煤ltimos d铆as, la conversaci贸n p煤blica se ha centrado menos en las razones que llevaron a miles de j贸venes a marchar por el hartazgo, inconformidad, exigencia de respeto y de futuro y m谩s en la identidad de uno de los participantes, un influencer al que se le 鈥渄escubri贸鈥 que ha trabajado en campa帽as del PAN.
Y digo descubri贸 entre comillas porque, en realidad, lo 煤nico que se acredit贸 fue que un joven creador de contenido realiz贸 servicios de publicidad y marketing, como miles de profesionistas en este pa铆s.
Pero Morena y su maquinaria digital encontraron en ese dato la coartada perfecta: se帽alar a uno y descalificar a todos. Una estrategia tan vieja como conveniente: desviar la discusi贸n, atacar al mensajero, reducir a la generaci贸n Z a un ej茅rcito manipulado. Es m谩s f谩cil eso que aceptar un mensaje inc贸modo: los j贸venes est谩n cansados y no se sienten representados.
La pregunta parece absurda, pero es exactamente el argumento que se utiliza para intentar desacreditar la marcha: si un influencer ha realizado trabajo profesional para un partido, entonces toda su postura p煤blica est谩 determinada por esa relaci贸n.
驴En serio? Entonces, bajo esa l贸gica, todos los dise帽adores, creativos, fot贸grafos, publicistas, programadores y comunicadores que ofrecen servicios a un partido pol铆tico quedan autom谩ticamente descalificados de tener una opini贸n ciudadana.
Y m谩s a煤n: solo podr铆an criticar al gobierno quienes pertenezcan al propio partido gobernante. 驴No es eso, precisamente, lo que la democracia busca evitar?
Confundir trabajo profesional con activismo partidista es tan torpe como peligroso. La gran mayor铆a de quienes trabajan en marketing pol铆tico lo hacen como lo har铆a cualquier profesional: bajo contrato, por un proyecto, por una estrategia comunicacional. No conocemos las simpat铆as personales del influencer al que exhibieron; ni siquiera sabemos si las tiene. Y, aunque las tuviera, eso no invalida el derecho ciudadano de quienes participaron en la marcha.
Y del otro lado del espejo ocurre lo mismo: trabajar para un gobierno tampoco convierte autom谩ticamente a una persona en militante del partido que impuls贸 a ese gobierno.
Miles de profesionistas, d铆gase m茅dicos, docentes, ingenieros, comunicadores, administrativos laboran en instituciones p煤blicas sin que eso determine su voto, sus convicciones o su cr铆tica.
Que Morena pretenda convertir una prestaci贸n de servicios o un empleo en sin贸nimo de lealtad partidista solo exhibe su necesidad de controlar el relato, no la realidad.
Si para ellos todo aquel que trabaja con un partido 鈥渆s parte de una conspiraci贸n鈥, 驴qu茅 dir铆an entonces de los miles de empleados p煤blicos contratados por gobiernos morenistas? 驴Todos son militantes? 驴Todos son obradoristas? 驴Todos piensan igual?
Es absurdo, pero es el argumento que pretenden imponer cuando les conviene.
Lo verdaderamente relevante aqu铆 no es el joven que trabaja en comunicaci贸n.
Lo relevante es el intento de Morena por construir una narrativa que reduzca la marcha a una manipulaci贸n de partidos, cuando la evidencia apunta a lo contrario: fue una movilizaci贸n que sali贸 de redes, de chats, de j贸venes que rara vez se organizan鈥 pero cuando lo hacen, cimbran.
En lugar de escuchar las razones de la protesta que s铆 existieron y fueron claras, el oficialismo prefiri贸 atacar un rostro, inventar un villano y con eso pretender que la movilizaci贸n perdi贸 legitimidad.
Pero la legitimidad no la define el gobierno; la define la ciudadan铆a.
Un pa铆s maduro entiende que un individuo no representa a una multitud.
Un gobierno responsable entiende que un reclamo no se invalida por la profesi贸n de quien lo emite.
Una democracia s贸lida entiende que criticar al poder no requiere permiso ni filiaci贸n partidista.
Quienes hoy buscan justificar lo injustificable lo hacen porque necesitan conservar un relato: el de un pa铆s donde nadie protesta sin que un partido lo manipule. Pero la generaci贸n Z rompi贸 ese mito, y eso duele m谩s que cualquier consigna.
La marcha no se explica por un influencer, ni por un contrato de publicidad, ni por un expediente laboral.
Se explica por un pa铆s que ya no convence a sus j贸venes. Y eso es m谩s inc贸modo que cualquier 鈥渆xhibida鈥.