Cuando el destino nos alcanza

Hiram Peón

Reflejo Interior
Ante las desgracias y ante la fortuna, nunca estamos solos.
28/11/2023

En una ocasión escuché la idea de que hay fuerzas, energías, que se oponen, crean obstáculos en nuestra vida, para impedirnos alcanzar aquellas metas que nos hemos propuesto. Y también existe la idea de otras fuerzas, energías, que favorecen nuestras intenciones y permiten, o colaboran, para que alcancemos nuestras metas.

A esas fuerzas, los griegos, le pusieron nombre y atributos. 

Por ejemplo, la diosa Ate, identificada como la causante de la ruina, la insensatez, y el engaño. Era la diosa de la fatalidad, de la desgracia, personificaba las acciones irreflexivas y sus consecuencias.

Mientras que la diosa Tyche era la deidad tutelar que gobernaba la fortuna, el azar y el destino. También determinaba la prosperidad de una ciudad. Tyche es hija de Afrodita y Zeus.

Tras la llegada del cristianismo, las costumbres paganas y algunas de sus divinidades cambiaron su sentido, adaptándose a las nuevas realidades. Fortuna se transformó en la Providencia regida por el Dios único, se transformó en la Divina Providencia.

Entonces, cuando una desgracia tras otra nos acecha, casi nos obliga a pensar que unas fuerzas se oponen a que nuestras intenciones se vuelvan realidad.

La existencia de estas fuerzas nos obliga a creer que nuestra vida es gobernada por esas energías que son ajenas a nosotros.

Entonces, ¿somos libres y determinamos nuestra vida? O no lo somos y nuestra vida está regida por el destino. Entonces somos como cascaras que flotan entre el oleaje de un río, o como dice Bob Dylan The answer, my friend, is blowin' in the wind (la respuesta está en el viento).

¿Podría ser? Fuerzas que nos ayudan y fuerzas que se oponen. También he visto que mientras estamos en un estado cómodo y confortable, sin que intentemos nada, solo viviendo sin mayor pretensión, entonces así no pasa nada. Todo está firme, nada cambia.

En ese estado del ser, sin hacer nada, nos pasan las oportunidades por enfrente del rostro y no hacemos nada, porque no las vemos. A eso Deepak Chopra le llama estar fuera del flujo de la vida. 

Deepak Chopra (1946, nacido en Nueva Deli) es un escritor y conferencista indio. Ha escrito sobre espiritualidad y el poder de la mente en la curación médica.

Pero también ha dicho que cuando ponemos atención al flujo de la vida podemos ver las oportunidades que se nos presentan y entonces tenemos las opciones de redirigir nuestra vida.

Y cuando, de pronto, tratamos de brincar de la inacción a la acción, parece como si todo conspirara en nuestra vida para evitar el cambio. A este fenómeno, algunos sicólogos, se lo atribuyen a los esfuerzos del ego para evitar que salgamos del estado de placidez.
Y dependiendo de la profundidad del cambio, es la magnitud de la fuerza que se opone a nuestras intenciones. 

Estamos como atrapados entre dos fuerzas, las fuerzas de la fortuna y las fuerzas de la desgracia. El ser que busca el cambio y el ego que se opone. Nos alejamos del estancamiento para caer en un estado de sufrimiento, del que no podemos escapar y entonces, viene en nuestra ayuda la Divina Providencia y todo se alinea para lograr el tan ansiado cambio.

Y miramos hacia atrás y encontramos que no hubo tales fuerzas, solo indecisión e ignorancia.

Y vemos que la divina providencia no es más que tu fuerza de voluntad que no se da nunca por vencida. Y entonces vemos que somos más valientes de lo que creíamos, más inteligentes de lo que nos dicen, y más poderosos de lo que nunca creímos de nosotros.

Pero también vemos que mientras algunas personas, ante los mismos hechos, se derrumban y escapan y evaden, nosotros permanecemos firmes ante la “adversidad” de la diosa Ate y resistimos.

Estos mecanismos de la mente siguen estando muy ocultos, muy difíciles de atrapar y de comprender. Ahí se mezclan, como en un crisol, ideas religiosas, fe en un ser superior, voluntad y valentía, autoestima y compasión por los demás. Todo junto.

Nos quedaremos con la idea de que nuestro destino está en nuestras manos. De que el ser humano es mucho más que lo que uno cree de sí mismo. Que no estamos solos, no somos una isla, y que, aunque parezca que nadie está para uno, siempre hay alguien apoyando y dando ánimos. Y que las desgracias, a pesar de la diosa Ate, no son para siempre.

No perdamos la esperanza, ni la fe, hasta la próxima.

hirampeon@gmail.com



HIRAM PEÓN es experto en comunicación corporativa y situaciones de crisis. Cuenta con un MBA del ITESM.
 

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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