Crisis hídrica en México, un llamado a la sostenibilidad

Fidel Salazar

PERFECTÁNGULOS Y EPOSTRACISMOS
La situación que enfrenta México es un desafío urgente que no puede ser ignorado.
25/10/2024

Aunque las recientes lluvias y el estado de las presas en Nuevo León pueden hacernos creer en la ilusión de un problema resuelto, en el largo plazo, México enfrenta un estrés hídrico considerable, ocupando el lugar 139 de 178 países en 2020, con un índice del 44.8%.

Esto se debe a factores como el crecimiento poblacional, la sobreexplotación de acuíferos, la contaminación y el uso ineficiente del agua, especialmente en la agricultura.

Además, el cambio climático ha exacerbado el problema, alterando los patrones de precipitación, lo que provoca sequías más largas y lluvias torrenciales que no solucionan la escasez.

Pese a que 76% del agua del país está destinada al sector agrícola y solo un 5% consumido por la industria, según datos de la Comisión Nacional del Agua, es fácil caer en la trampa de culpar a la industria privada por la escasez de este recurso vital. Sin embargo, los datos revelan una realidad más compleja que demanda un análisis profundo y una acción coordinada.

En marzo de 2024, 163 municipios enfrentaban sequía extrema o excepcional, una cifra alarmante si se compara con los datos de 2016, cuando ningún municipio alcanzaba esos niveles. Esta situación evidencia la necesidad de modernizar la infraestructura para captación y almacenamiento de agua de lluvia, además de explorar alternativas como la desalinización.

El sector agrícola, como principal consumidor de agua, debe adoptar prácticas más sostenibles. Métodos tradicionales, como el riego por gravedad, desperdician grandes volúmenes de agua. Es imperativo que se implementen técnicas más eficientes, como el riego por goteo y la agricultura de precisión, para garantizar la seguridad alimentaria en un país cuya población se proyecta que alcanzará los 134.5 millones en 2030.

Sin embargo, la responsabilidad no recae solo en los agricultores. La crisis hídrica es un problema compartido, y la colaboración entre el gobierno, las comunidades y la industria privada es fundamental.

Contrario a lo que se piensa, la industria ha sido parte de la solución a través de proyectos innovadores que buscan una mejor gestión del agua. Un ejemplo es el proyecto Aguas Firmes, impulsado por Grupo Modelo, la Cooperación Técnica Alemana y la Industria Mexicana de Coca-Cola. Este programa ha implementado medidas como la reforestación, tecnologías de riego eficiente y apoyo a agricultores para adoptar prácticas sostenibles. Estas iniciativas no solo mejoran la gestión del agua, sino que también involucran a las comunidades locales en su gobernanza, demostrando que la cooperación público-privada es clave.

Además, es urgente invertir en infraestructura hídrica. El Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, que lleva Adrián Pedrozo Acuña, estima que se requieren 49 mil millones de pesos anuales para mejorar las plantas de tratamiento de aguas residuales y las redes de distribución. Esta inversión es esencial para reducir las pérdidas de agua por fugas y minimizar la contaminación que afecta al 60% de los cuerpos de agua en el país.

La crisis hídrica en México es un problema complejo que requiere soluciones integrales. No se puede resolver señalando culpables, sino con la participación activa de todos los sectores. Solo así podremos garantizar que el agua siga siendo un recurso disponible para las futuras generaciones. La clave está en la colaboración y en la implementación de tecnologías que hagan un uso más eficiente del recurso.

fidelsalazaram@gmail.com



FIDEL SALAZAR tiene más de 30 años de experiencia en periodismo, comunicación corporativa y consultoría. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

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