Durante la realización en Monterrey de la Misión Regional de Economía Circular, organizadas por la Secretaría de Medio Ambiente (SEMARNAT) para dialogar con el sector privado en diferentes estados del país, respecto a la próxima Política Nacional de Economía Circular y la legislación correspondiente, algo quedó muy claro: Es una prioridad para el gobierno federal que representa para las empresas mexicanas tanto un desafío como una oportunidad.
Además de ser una de las 100 promesas de campaña de la Presidenta Claudia Sheinbaum y formar parte del Plan Nacional de Desarrollo, la nueva política y ley tendrá un enfoque hacia la “Responsabilidad Extendida del Productor (REP)”, es decir, en el que los fabricantes, importadores o comercializadores deben asumir la responsabilidad por el ciclo completo de la vida de un producto, incluyendo la fase postconsumo.
PRINCIPIOS DE LA ECONOMÍA CIRCULAR
Lo anterior implica la exigencia de incorporar los principios de economía circular desde tres aspectos:
1. El diseño mismo de los productos, buscando que sean más duraderos, reparables, reutilizables y reciclables (como antes, pues).
2. Participar y contribuir en la recolección, reciclaje y disposición final de los artículos o sus residuos después de que el consumidor los desecha.
3. Minimizar la generación de residuos y fomentar la reutilización de estos, ya sea como materia prima, en co-procesamiento o como combustible.
Aunque los gigantes nuevoleoneses del refresco, como Arca Continental y Coca-Cola FEMSA, parte de la Industria Mexicana de Coca-Cola; Clarios, el mayor productor de baterías del mundo, y Geocycle, sólo por citar algunos ejemplos, llevan un camino andado y han manifestado un liderazgo positivo en este ramo, las pequeñas y medianas empresas enfrentarán un reto importante para adaptar sus modelos de negocio e incorporar la circularidad.
DESAFÍO Y OPORTUNIDAD
Sin embargo, esto representa también una oportunidad de construir organizaciones más resilientes y competitivos, para que las empresas de Nuevo León capten algo de los 4.5 trillones de dólares en oportunidades de negocio que se estima generará la economía circular en América Latina para el 2030, según cifras aportadas en uno de los eventos por Juan Carlos Meade, director de Alianzas Estratégicas de la Secretaría de Igualdad e Inclusión.
El funcionario explicó que los negocios derivados de la circularidad generarán 4.8 millones de empleos en el continente para 2030, además de fortalecer las cadenas de suministro, mejorar la competitividad, reducir desigualdades y, sobre todo, contribuir a la mitigación del cambio climático.
"La economía circular no solo redistribuye recursos: redistribuye oportunidades”, afirmó al poner el ejemplo de la estrategia de Hambre Cero implementada en el Estado, en la que se han recuperado 22,000 toneladas de alimentos, se han evitado 19,000 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero y se han producido más de 823 mil piezas de alimentos para personas con vulnerabilidad alimenticia en el estado.
ES TIEMPO DE CAMBIAR
Aunque la legislación tendrá una implementación gradual, es razonable inferir que tarde o temprano, ciudadanos y empresas deberemos reflexionar e implementar un proceso de cambio respecto a la forma en que consumimos y cómo nos hacemos responsables de lo que fabricamos, vendemos, compramos y desechamos.
Y el cambio puede empezar con una modificación semántica: Todo sirve, nada es basura, si aprendemos a aprovechar los materiales de los que están hechos los productos, a extender su vida útil o reintegrarlos al ciclo productivo, evitando la extracción de recursos naturales y la contaminación.