Recientemente, la gentrificaci贸n ha ganado popularidad en debates urbanos, medios de comunicaci贸n y redes sociales, al grado de efectuarse marchas en su contra en la Ciudad de M茅xico.
Sin embargo, no siempre se entiende a profundidad lo que implica, ni sus causas y consecuencias en el tejido social y urbano de nuestras ciudades.
Gentrificaci贸n se refiere al proceso por el cual un barrio tradicionalmente popular o deteriorado comienza a recibir inversiones, mejorar su infraestructura y atraer a nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo, lo que suele provocar el desplazamiento de los residentes originales debido al aumento de precios en rentas, servicios y bienes.
La gentrificaci贸n no sucede de un d铆a para otro. Generalmente es el resultado del abandono progresivo de los centros hist贸ricos. No es algo que se pueda detener por decreto.
Durante d茅cadas, los matrimonios j贸venes han migrado hacia las periferias, dejando atr谩s a sus padres, abuelos y al coraz贸n urbano, que se fue deteriorando f铆sica y socialmente.
Hoy tenemos una oportunidad 鈥攜 tambi茅n una responsabilidad鈥 de revertir esa historia.
Revivir nuestros centros no debe significar reemplazar a quienes han vivido ah铆 por generaciones, sino integrarlos en un proceso de regeneraci贸n incluyente.
Al fin de cuentas, los servicios ya se encuentran ah铆.
Siempre ser谩 m谩s eficiente repoblar los centros de las ciudades que invertir en redes nuevas de agua potable, drenaje sanitario y electrificaci贸n, as铆 como construir escuelas, llevar seguridad y recoger la basura en las periferias.
La clave est谩 en pensar en el desarrollo urbano no solo como un proyecto inmobiliario, sino como una apuesta por el bienestar colectivo.
Una ciudad que rehabilita su centro sin expulsar a su gente es una ciudad que honra su pasado y construye su futuro.
El desarrollo con sentido social no est谩 re帽ido con la modernidad.
El urbanismo con rostro humano es posible.
Se trata de construir ciudades para las personas, no solo para los autos. De planear con visi贸n y con coraz贸n.
De evitar que la gentrificaci贸n se convierta en sin贸nimo de despojo, y convertirla en un ejemplo de recuperaci贸n con justicia.
El reto no es menor, pero la recompensa es enorme: devolverles vida, dignidad y orgullo a las ciudades de M茅xico.