Las elecciones en 2024 darán al elector la opción de retomar el México del Siglo XXI y nuestro papel internacional, o bien, sumirnos en la dictadura aislacionista y vigesimónica que hunde al país en un pantano de ignorancia e ingobernabilidad.
En suma el periodo electoral que inició porque a López le dio la gana adelantar la sucesión por cuestiones de su agenda personal, tratarán entre regresar al México progresista, o seguir en la dictadura de la violencia, la demagogia, y el crimen.
Lograr un México de líderes que cada día deben ser más preparados, transparentes y a los que se les pueda exigir legalidad, o ser gobernados por tramposos como AMLO, Adán Augusto, Sheinbaum, Ebrard, Monreal, Noroña. Velasco,
Para la 4T los derechos humanos, el orden constitucional, combatir el calentamiento global, respetar el medio ambiente, la energía limpia, cancelar hidrocarburos, dar educación de calidad... Son cosas de un “compló” neoliberal.
México no puede seguir perdiendo inversión extranjera directa por no aumentar fuertemente la inversión en energía limpia o garantizar un orden constitucional con respeto a los derechos humanos (El voto es uno de ellos) sin inmolarnos voluntariamente.
Tampoco podemos seguir en manos de un gobierno fullero, que tolera al narco —si es que no es su socio— que ve un “mundo ideal” en la opacidad, que se dedica a comedias como sus obras o gente llega a hincarse ante el “Mesías”.
Los correveidiles de la Cuatrote, por ejemplo, festinan el tipo de cambio cuyo efecto positivo es cuestionable, y que para millones de familias que salen a flote con remesas es un golpe de 20% menos pesos combinado con 25% más en básicos.
También festejan como gran logro que la IED de México creciera 12% en 2022 cuando el promedio de América Latina fue 55% y del total, Brasil recibió un 41% y le robó a México (captó 17%), ser el destino más atractivo en AL para la inversión.
El día de la inauguración de AMLO tuiteé un meme junto a la foto del macuspano: “Atrasen 38 años sus relojes”; más que criticas hubo mentadas, y lo malo es que debí poner 50 años, porque nuestro gobierno vive a lo mucho en 1968.
La fecha alude a Gustavo Díaz Ordaz, no para clavar un cadillo. No, la respuesta de AMLO a críticas, manifestaciones ciudadanas, exigencias de legalidad, son las de GDO al Movimiento Estudiantil del 68, esperemos no termine igual o peor.
Cuando uno oye ensalzar la continuidad del “modelo sin modelo” de AMLO a Claudia Sheinbaum, a Fernández Noroña, a Adán Augusto, y en menor medida a los otros suspirantes cuatroteros, queda claro que ofrecen más de lo mismo o un tanto peor.
Por risible que sean las críticas macuspanas al neoliberalismo, a los sistemas políticos que rechazan gobiernos obesos, lo peor es que López impone una versión absurda de un corporativismo y un presidencialismo que ya no existía en México.
Las propuestas de continuidad significan más reformas legaloides para tolerar ecocidios, obras idiotas, y el aislacionismo y corporativismos que defiende “don Quetzalcóatl”, y que solamente han sumido a México en un pantano.
Queda claro que López no entiende que si su mañanera se trasmite por G5, es porque los cambios tecnológicos son irrefrenables, pero el inquilino que nos cuesta siete millones mantener en su Palacio, confiesa que ni siquiera sabe sacar dinero de un cajero automático.
Nos esperan retos tremendos. México el país más vulnerable al calentamiento global ha incrementado sus emisiones GEI en lugar de disminuirlas; respondemos al “nearshoring” haciendo demagogia con el maíz o un monopolio estatal en energía.
Respondemos al reto de la Inteligencia Artificial (AI por sus siglas en inglés) instalando internet 3G con antenas cuando se podría hacer un convenio con Elon Musk y su Starlink para comenzar a recibir señal 5G en cualquier parte.
Respondemos a la necesidad de mano de obra calificada con “universidades del bienestar”, una reforma educativa castrochavista, o dando el monopolio de la educación a sindicatos gansteriles o azuzando nuevas mafias sindicales.
En los años 90 dije a un funcionario regiomontano del área de educación que en 20 años quien no supiera manejar una computadora quedaría condenado a empleos tan malos y poco rentables que ni máquinas habría para hacerlos.
Muchas profesiones y oficios han tenido que crecer de la mano de la tecnología, pero todavía tener agricultores con arado, obreros que no saben manejar máquinas o herramientas digitales y que nuestra principal ventaja competitiva sean los bajos salarios, es criminal.
Hoy México a tipo de cambio actual el ingreso medio son 640 USD y China tiene 2.2 veces más; en educación China forma entre los tres países con más inversión por alumno y México en último lugar de la OCDE, y va en descenso.
En 2000 el PIB per cápita de México era 6.5 veces más grande que el de China, en 2018 nos alcanzaron, en 2022 China llegó a 12,814 USD/persona y México a 11,165, un 12.9% menos y no parece que mejoraremos pronto haciendo política solamente.
Si queremos progresar no podemos tolerar gobiernos que recortan el gasto educativo para apuntalar la imagen del dictador o mantener el déficit fiscal con un neoliberalismo salvaje debajo de tres puntos PIB, jodiendo la salud.
El mundo tiene hoy tres tipos de líderes políticos, los que se quedaron en el Siglo XX, otros que mediamente entienden que un teléfono inteligente muestra de un avance notable, y otros que nos hablan de AI y que la justicia social es buena educación, buen salario y más impuestos para derivar en gasto social.
Necesitamos líderes que busquen la concordia y el progreso, no aspirantes a dictadores como las corcholatas o machos alfas corruptos como García Cabeza de Vaca, o Silvano Aureoles que lo único que pueden ofrecer es que son broncudos.
“Los cerdos gozan más con el fango que con el agua limpia”. Clemente de Alejandría, Stromateis, I, 2, 2.
