Incapaz de entender los tiempos, ignorante de la geopolítica, Andrés Manuel López Obrador ya dio pasos en falso ante la invasión de Rusia a Ucrania.
Cuando apenas acaba de comenzar la Tercera Guerra Mundial, gracias a AMLO, México ya perdió y se formó entre los mostrencos.
El Zar de la Cuarta Transformación nunca ha entendido que México no es Tabasco y que la campaña terminó hace casi cuatro años.
Tampoco quiere entender que Cuba, Venezuela, Nicaragua y Alberto Fernández son perdedores y que la alianza con ellos es infecciosa.
Obviamente, el presidente chiquito no se da cuenta que con la Guerra en Ucrania ha iniciado un nuevo orden internacional.
Tras la invasión a Ucrania, López hizo una de sus peroratas de predicador, habló de la paz, pero no censuró categóricamente a Rusia.
Posteriormente dijo una tontería: "Nosotros no vamos a tomar ninguna represalia de tipo económico...
"Porque queremos mantener buenas relaciones con todos los gobiernos del mundo"... Claro, de su mundo feliz.
Fue Marcelo Ebrard, canciller, no presidente, quien emitió una condena categórica a Rusia... Demasiado tarde.
Ahora que la geopolítica juega sus juego de "el que no está conmigo, está en mi contra", el Mesías y su letanía reaparecen.
Ahora, parafrasear al Blacaman tabasqueño: Pobre México, con López y la 4T, tan lejos de Rusia y tan cerca de Estados Unidos.
Ignorante de la política del poder, no ha entendido que la guerra en Ucrania no se trata de una escaramuza, sino de una anexión política..
Por caridad, Ebrard o Monreal, sus cercanos más entendidos, deberían hacerle entender qué es la Organización de Tratado del Atlántico del Norte.
Deberían decirle qué es lo que está pasando, que esto no es una guerra local como Vietnam, Afganistán, sino el regreso del expansionismo.
Explicarle a López que la OTAN es una alianza político y militar, de países europeos con Estados Unidos, y que Putin y aliados, hoy, son enemigos.
Andrés Oppenheimer cita a fuentes rusas que afirman que Putin se sentiría cómodo con un mundo dividido en tres esferas de influencia.
Y es real, Rusia ha orillado al mundo a formarse en tres bloques o esferas de poder, afuera de las cuales quedan migajas.
Si no se llega a una conflagración nuclear y al final de la raza humana, habrá tres esferas de poder: EU-OTAN, Rusia y China.
Los páises que formen en una esfera serán non gratos a las otras, y si están al alcance geográfico de los tres poderosos, pueden ser invadidos.
China ve ahora la posibilidad de anexar a Taiwan, y Estados Unidos puede responder con una invasión para deponer a Nicolás Maduro o Díaz Canel.
Tanto el gobierno bolivariano, el castrista y el de Daniel Ortega, son gobiernos pro Rusia en el área de influencia de Estados Unidos.
Para Washington armar un movimiento separatista en un México golpeado por las idioteces de López Obrador, no sería difícil.
El macuspano lépero y locuaz, no tiene ni idea a qué bloque geopolítico pertenece México y quiénes son los verdaderos aliados.
Si el macuspano no abdica a su aspiración de líder socialista continental, comprobará la fragilidad de una frontera de 3,547 kilómetros con EU.
Si cree que a Estados Unidos le costaría mucho trabajo imponer sanciones económicas veladas a México, pues está en babia.
Obviamente resulta que la mejor política exterior de AMLO es la inferior, que se desprende de sus caprichos y sueños de dictador socialista.
