El echeverriismo de López Obrador

Efraín Klériga

ACCIONES Y RAZONES
La historia vuelve a repetirse y AMLO sigue el camino de Echeverria y los comunistas de café de ver al diablo en el sionismo y ni siquiera parece notar qué es el terrorismo musulmán.
16/10/2023

Fue Juan Pablo II, Karol Wojyla, quien dijo que el terrorismo nace del odio, se basa en el desprecio de la vida del hombre y es un auténtico crimen contra la humanidad.

Quien no condena al terrorismo o es parte de él o no tiene aprecio por la vida humana, y este es el caso de Andrés Manuel López Obrador, y abundan pruebas de ello.

Las risas al hablar de masacres, los chistes cuando se le pide un posicionamiento respecto a una tragedia, y más aún, recortar dinero a la salud para construir un tren, una refinería…

“No queremos la guerra (…) somos pacifistas y no queremos que se pierda la vida de ningún ser humano y de ninguna nacionalidad, sean de Israel o sean palestinos”, declaró López.

La supina opinión que se inscribe en la postura de países comunistas hacia el sionismo, pasa por alto que no fue Palestina atacando a Israel sino terroristas asesinando.

Postura igual de torpe que al apoyar veladamente a Rusia, porque para el Macuspano no hay una potencia colonialista invadiendo a Ucrania sino una guerra de dos iguales.

Parece que el reloj intelectual de AMLO se quedó en el echeverriismo cuando México apoyó a la Organización de Liberación Palestina dirigida por Yasser Arafat.

En 1975 el presidente Luis Echeverría Álvarez, como AMLO, un comunista de cafetería, votó dos veces contra el sionismo, la segunda en la Resolución 3379 de la ONU.

Como aquel voto, la negativa de López Obrador a condenar a Hamas y Hezbola es un condena a Israel y peor cuando cae en la torpeza de equiparar organizaciones terroristas con estados.

La respuesta en 1975 fue que México probara la fuerza económica y política de la comunidad internacional judía, que organizó un boicot turístico tremendo.

La decisión de Echeverría de apoyar a la OLP, votar contra Israel, se complicó con el déficit fiscal del Gobierno y eso llevó a la crisis con devaluación de 1976.

En 1976 José López Portillo trató de sanar la herida pero no lo pudo hacer y menos pudo manejar adecuadamente la economía y tras 12 años de populismo México quedó en estanflación.

Parece ilógico que AMLO, el Presidente que hace equilibrios para no condenar el terrorismo contra Israel es el mismo que eligió a una judía comunista como sucesora, pero así es.

Aunque ahora gracias a la estructura del tipo de cambio y de las finanzas publicas que legó Ernesto Zedillo, no es factible una devaluación, sí lo es un freno a las inversiones.

Neófito en política internacional, ausente en la Cumbres donde pudiera aprender algo, López parece que quiere repetir los pasos que llevaron a la devaluación de 1976.

Una deuda que raya en los cuatro billones de pesos y aumentará a seis, Pemex y CFE perdiendo enormes cantidades y mala política que causa desconfianza a inversionistas.

Hoy en el escenario internacional y el nacional parecen tener mal futuro, y ya casi podemos preguntarnos si habrá República para celebrar las elecciones de 2024.

Mientras una parte de México intenta revivir la democracia, el presidente López parece ocupado en fundar una dictadura chavista y cachondea a una elite militar.

López Obrador y su pandilla llamada Cuarta Transformación muestran que quieren solidificar una narcodictadura como Venezuela o Nicaragua.

López aplica la Doctrina Estada a contentillo: A rajatabla para las democracia occidentales y laxas para dictaduras populista o comunistas del Pacto de Puebla de las cuales se erige defensor.

Cita con fruición la autodeterminación, la no intervención, y olvida “el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos”.

En el caso de Hamas y Hezbolá saltó aquello de: “la lucha por la paz y la seguridad internacionales”, porque tendría que aceptar la inexistencia del “estado palestino”.

Una cosa que sí va a lograr López Obrador, pero como burro que tocó la flauta, es acabar con la vieja clase política y con la prensa que hace décadas vive de dinero oficial.

También va a acabar con el libre comercio, con la amistad con Estados Unidos, ya acabó con la poca seguridad pública que había, con el sistema de salud y con la educación pública.

Se va a llevar a la vieja “Mafia del Poder” a cuyas empresas hará quebrar porque quedarán cargando elefantes blancos que un futuro régimen no querrá finiquitar o seguir o no habrá dinero.

En suma, lo único bueno del régimen de AMLO es que le faltan 50 semanas para irse a La Chingada o para que mande a ese destino a todo el País.

Y eso ocurre mientras millennials y generación Z se encuentran el ombligo y las mujeres notan que ellas son la mayoría y Morena no las representa.

User007@mxpress.mx



EFRAÍN KLÉRIGA o EFRAÍN KLERIGAN, fotógrafo reportero, articulista desde 1970. Ha sido reportero local y articulista en periódicos y revistas de Ciudad de México, Coahuila, Nuevo León, Chihuahua y Tamaulipas. Como corresponsal ha trabajado con El Norte-Grupo Reforma, y como Stringer de AP, UPI, Telemundo, La Prensa, El Nacional, entre otros.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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