Notas sobre el sondeo de enero

Hasta ahora, no hay cambios en las tendencias presidenciales, solamente variaciones, todas ellas dentro de un rango relativamente estrecho.
02/02/2024

EL FINANCIERO publicó su más reciente encuesta nacional  sobre intención de voto el lunes 29 de enero. Permítame ofrecer algunas consideraciones adicionales a lo que ya se comentaba en la nota que acompañó a la encuesta ese día.

El estudio registró algunas variaciones en la intención de voto para presidente respecto del sondeo anterior, realizado en diciembre, pero aún no podemos hablar de cambios de tendencias. En nuestra serie de encuestas, de octubre a enero, el apoyo a Claudia Sheinbaum tuvo variaciones dentro de una franja de 46 a 52 por ciento. La morenista se ha mantenido en un claro primer lugar, pero sin registrar cambios notables.

Por otra parte, el apoyo a Xóchitl Gálvez varió en una franja de 28 a 32 por ciento en esos cuatro meses, con altibajos leves de entre uno y dos puntos porcentuales de mes a mes. Hasta ahora, esta serie de encuestas nacionales ha mostrado más estabilidad que cambio.

No hay que olvidar que los ejercicios demoscópicos arrojan resultados con cierto margen de error, el famoso sampling error o error muestral, que, en el caso de la encuesta de esta semana, es de +/- 3.1 por ciento.

A pesar de la estabilidad en las preferencias en la contienda presidencial, la lectura de la encuesta se centró en un ‘cierre de brecha’, al pasar de 22 a 16 puntos la diferencia entre primero y segundo lugar. Pero aún las variaciones en la brecha se han mantenido dentro de un estrecho margen: la ventaja en nuestra encuesta de octubre eran 18 puntos; en noviembre, 19; en diciembre, 22, y en enero, 16 puntos. Lo dramático parece haber sido la variación del punto alto al punto bajo de esa franja en el último mes.

No obstante, la ventaja entre primero y segundo lugar promedió 19 puntos en los últimos cuatro meses. Permítame poner énfasis nuevamente en la idea de que los números en la contienda presidencial se han mantenido bastante estables.

Mire usted el impacto que las posibles variaciones dentro del margen de error pueden tener en la ‘ventaja’ observada: Sheinbaum obtuvo 48 por ciento de apoyo en la encuesta, pero supongamos que tuviera tres puntos más (su escenario más favorable dentro del margen de error) y Gálvez, quien obtuvo 32 por ciento, tuviese tres puntos menos (su escenario más desfavorable dentro del margen de error), la ventaja sería 22 puntos, la misma que en diciembre, pero con otros números: 51-29, frente al 52-31 del mes anterior.

Ahora supongamos el escenario contrario: Sheinbaum, con tres puntos menos, todavía dentro del margen de error de la encuesta, y Gálvez, con tres puntos más: la diferencia entre ellas sería de apenas 10 puntos, 45-35, sin cambiar nada, ni fechas de levantamiento ni metodologías ni nada, simplemente considerando las probabilidades y el error muestral.

Suena increíble, quizás hasta confuso, pero esa es la naturaleza muestral de las encuestas. Por ello es que insisto en que, hasta ahora, no hay cambios en las tendencias presidenciales, solamente variaciones, todas ellas dentro de un rango relativamente estrecho.

Lo que este sondeo de enero también deja ver, y que no se incluyó en la publicación de la encuesta el lunes pasado, pero que agrego hoy como parte del análisis, es una cristalización ideológica del voto muy interesante: 62 por ciento de las preferencias por Sheinbaum proviene de electores de izquierda y centro-izquierda, y 22 por ciento de centro, mientras que 63 por ciento del apoyo de Xóchitl viene de electores de derecha y centro-derecha, y 21 por ciento de centro. La contienda ya luce algo polarizada ideológicamente y lo más probable es que se vaya polarizando más una vez que inicien las campañas.

Por otra parte, 75 por ciento de los 10 puntos de Movimiento Ciudadano proviene del centro del espectro. Si hacemos caso a las teorías de voto de proximidad ideológica, lo más probable es que, si las candidatas punteras pierden apoyo, éste se vaya hacia la opción de MC, antes que al extremo opuesto; por el contrario, si ese apoyo naranja se reduce, se iría hacia la derecha o a la izquierda.

Es poco probable que, entre los electores que ya decidieron su voto, que suman dos tercios (65 por ciento), según la encuesta de EL FINANCIERO , haya votos que se transfieran de un extremo a otro del espectro ideológico. Pero ya veremos.

Por lo pronto, queden estos números para documentar el arranque de la contienda y su posible polarización en los próximos meses.

amoreno@elfinanciero.com.mx



ALEJANDRO MORENO es profesor del Departamento de Ciencia Política del ITAM y vicepresidente de la World Values Survey Association. Actualmente es Consultor/Director de Encuestas y Estudios de Opinión de El Financiero.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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