Héctor Guerrero

LOS TOCABLES
La posibilidad del romper el pacto federal se ve lejana, es más factible revisar el pacto fiscal, pero imaginen por un momento a Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León, separados de la República.


Este derecho humano se vulnera, todos los días desde Palacio Nacional, desde donde una persona dice, de acuerdo con su sentir quienes son los buenos y los malos.


En la elección interna de MORENA la línea está tirada, al presidente le gusta la sumisión, la lealtad ciega, el servilismo y que no lo cuestionen.


La aplicación de la ley no se basa en ocurrencias, o en lo que pueda decir una legión de fanáticos, una turba enardecida, que es capaz de crucificar, incluso a su mesías.


Que no se engañe a nadie, antes de la pandemia, antes de la crisis, el gobierno de López Obrador se estaba quedando sin dinero. Ahora busca desaparecer los fideicomisos.


Una “mañanerita” para contar su anécdota de uno de los fraudes hecho por el gobierno y a la vista de todos, más grandes de todos los tiempos.


¡Viva la esperanza en el porvenir!, es lo único que le queda por vender a López Obrador, porque en los hechos, estamos sumidos en la peor crisis económica y de seguridad.


Octavio Romero Oropeza es un mensajero, no es un líder, es un burócrata que su única función es ejecutar las órdenes de su paisano que vive en Palacio Nacional.


La mayor mentira es quizá que se nos venda que tenemos un estadista, un revolucionario, un demócrata, alguien que de verdad piensa en los pobres.


Madero no mandaba a su hermano por paquetes de dinero de los pobres, ni les llamaba "mascotas", ni los dejaba morir en los hospitales públicos, ni les vendía un avión que no se puede vender.


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