Hace unos d铆as se volvieron virales una serie de videos en donde el responsable del concurso de Miss Universo 2025 en Tailandia, Nawat Itsaragrisil, llam贸 tonta a la representante de M茅xico en el certamen, F谩tima Bosch, lo cual no fue tolerado por la participante quien abandon贸 el recinto y denunci贸 los hechos antes los medios de comunicaci贸n, iniciativa que fue apoyada por otras concursantes, que tambi茅n abandonaron la sala.
Pero el caso de F谩tima no es at铆pico, solo hay que recordar cuando la Miss Universo de 1996, la venezolana Alicia Machado, subi贸 unos kilos de peso y fue llamada 鈥淢iss Piggy鈥 por el actual Presidente de los Estados Unidos, que en ese momento estaba ligado al concurso y fue obligada a hacer ejercicio frente a la prensa, bajo pena de ser despojada de su corona de no hacerlo, lo cual la humill贸 y le caus贸 problemas de salud.
Estos hechos nos llevan a reflexionar sobre algo que hace a帽os resulta evidente, pero que no se ha debatido en serio, el enfoque machista de este certamen de belleza y por a帽adidura, de todos los dem谩s, al calificar a las mujeres solo por su aspecto f铆sico, lo que genera una cosificaci贸n de sus cuerpos y no toma en cuenta una visi贸n integral de ellas.
Nawat Itsaragrisil no es el problema, es una parte del problema, una secci贸n de un complejo engranaje de un negocio global, que no se han dado cuenta de que la visi贸n general frente a estos concursos ha cambiado y por ende, exige profundas transformaciones o quiz谩 la desaparici贸n del mismo en alg煤n momento.
Porque a煤n si el concurso contin煤a, lo cierto es que desplantes como el de Nawat, en donde se vea a las participantes como empleadas, a las que se les puede dar 贸rdenes y utilizar con ellas palabras ofensivas, ya no tienen cabida en ning煤n sitio, transmiten un mensaje incorrecto a millones de ni帽as y mujeres que a煤n siguen el certamen y lastiman su autoestima, cuando se supone que deben hacer lo contrario.