El viraje en la política arancelaria de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, ha significado turbulencias en la economía global, generando incertidumbre, pausando las inversiones e, incluso, provocando despidos en algunos sectores. Sin embargo, cuando se analizan los impactos, estos se han concentrado sobre todo en la industria de la transformación y la manufactura, en productos físicos, mientras que las industrias basadas en la creatividad se han visto menos afectadas.
Lo anterior se entiende de mejor manera con ejemplos concretos, ya que los anuncios de aranceles se han centrado en industrias específicas, por ejemplo, la automotriz, las autopartes, el acero o los productos tecnológicos, pero no se ha hablado de aranceles a aplicaciones móviles, películas, series de televisión o la música.
Es decir, mientras que las fronteras de Estados Unidos se cierran ante los vehículos provenientes de Asia, los norteamericanos consumen en masa películas coreanas como “KPop Demon Hunters”, series como “El Juego del Calamar” o música de bandas como BTS o Blackpink, por ende, hay un doble criterio para las industrias pesadas y las basadas en la creatividad.
Las economías creativas han crecido de forma importante en las últimas décadas: en el año 2000 representaban cerca del 4 por ciento del PIB global y en la actualidad están cerca del 10 por ciento. Este sector incluye actividades de alta importancia, como el diseño industrial, el desarrollo de software y aplicaciones, la música, el teatro, los conciertos, el arte, el cine, las series, la moda, la alta cocina, la arquitectura, los medios de comunicación, las redes sociales, los videojuegos, la publicidad, el marketing, la industria editorial, entre muchas otras. En realidad, toda industria que tenga como insumo principal las ideas y la creación humana entra en esta categoría.
Además, se trata de sectores con muy buenos salarios, lo que aporta una excelente calidad de vida para sus empleados. Por lo que, derivado de esta desaceleración en la industria de la transformación y la manufactura, Coahuila debe concentrar sus esfuerzos futuros en las industrias creativas.
No quiere decir que nos olvidemos de la vocación industrial de la región, sino que debemos diversificar y complementar para no depender tanto de sectores como el automotriz, ampliando el abanico de opciones con nuevos clústeres industriales, donde apostemos por empleos mejor pagados y menos contaminantes, que nos permitan resistir mejor en el futuro los vaivenes de la economía.
Para hacerlo posible debe haber una gran sinergia entre actores, en donde las universidades de la región se enfoquen en formar a los profesionistas que requiere esta transformación, al tiempo que las instancias gubernamentales deben atraer inversión nacional y extranjera en estos sectores, pero también fomentar la creación de industrias creativas locales, con emprendedores de Coahuila que impulsen la economía local.