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ParÃs, 16 Oct.- Aunque los sistemas de impuestos energéticos bien diseñados alientan a los ciudadanos e inversores a favorecer las fuentes de energÃa limpias sobre los contaminantes, en la actualidad solo menos del 20 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) tienen algún tipo de gravamen.
En un informe “Taxing Energy Use 2019†publicado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reveló que 70 por ciento de las emisiones contaminantes relacionadas con la energÃa no están gravadas.
Precisó que además de las que generan los combustibles utilizados en el transporte por carretera, solo un 18 por ciento de las emisiones tiene impuestos, aunque a tres por ciento de ellas se les aplica un gravamen de unos 33 dólares por tonelada de CO2.
Esa cantidad es únicamente un referente mÃnimo para compensar el daño medioambiental, indicó la organización en su reporte, en el cual lamentó que no se apliquen los impuestos en favor de la lucha contra la contaminación atmosférica, que contribuirÃa a frenar el cambio climático.
De acuerdo con la OCDE, los impuestos especiales sobre el combustible y el carbono son herramientas simples y rentables que ayudarÃan a detener el peligroso calentamiento global y limitar el daño a la salud causado por la contaminación.
El informe presenta una instantánea de la situación de los paÃses de la OCDE y del Grupo de los 20 (G-20) en la implementación de los impuestos a la energÃa y al carbono, realiza un seguimiento del progreso y hace recomendaciones viables sobre cómo los gobiernos podrÃan mejorar.
Señala que el consumo mundial de energÃa registró un fuerte aumento en el año 2018, al igual que las emisiones de CO2 relacionadas con la energÃa, que alcanzaron un nuevo máximo histórico, situación que la organización describió como “desconcertanteâ€.
La OCDE aseveró que la actual aplicación de impuestos a las emisiones de CO2 resulta insuficiente para cumplir con los objetivos del Acuerdo de ParÃs, el cual firmado en 2016 establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Ese acuerdo pretende mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados centÃgrados (°C) con la reducción de las emisiones contaminantes, aumentando la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y promoviendo la resiliencia al clima, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
“Cumplir los objetivos del Acuerdo de ParÃs requerirá profundos recortes en las emisionesâ€, estimó la OCDE.