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Nueva York, 5 Abr.- Los trabajadores no tradicionales, como repartidores de alimentos o de servicios particulares de transporte, han sido llevados a una doble crisis por la actual pandemia, que al mismo tiempo les sirve para exigir derechos.
Los "gig workers" que laboran en servicios como Uber y Lyft, asà como Instacart, dedicada a comprar vÃveres a nombre de otras personas, no son considerados trabajadores de esa empresas sino contratistas, por lo que sus gerentes les dicen que carecen de prestaciones.
April y su hija adolescente son un ejemplo de la situación que ha despertado la pandemia de coronavirus en Estados Unidos.
Al sentirse con sÃntomas de la enfermedad fueron a un hospital donde les dijeron que sus sÃntomas no eran lo suficientemente preocupantes como para aplicarles los exámenes de acuerdo a las reglas de California, donde viven, pero sà les pidieron aislarse.
En ese marco April solicitó a Instacart ser sumada al programa de paga por enfermedad, una medida recién instaurada por la empresa debido al COVID-19.
Pero al carecer de una orden médica que la enviara a cuarentena o el certificado de un médico de que habÃa sido diagnosticada con la enfermedad, su petición no procedió, narra a la National Public Radio (NPR).
Sin embargo, las caracterÃsticas de su trabajo coloca en la primera lÃnea de contagio a este tipo de trabajadores, por lo cual algunos se enferman, añadió la fuente.
Ahora, April y otros trabajadores han iniciado un movimiento en demanda de mejores medidas de seguridad.
Por lo pronto Instacart ya anunció planes de distribución de tapabocas, gel y termómetros para sus empleados, cuyo reparto comenzará este lunes.
Otro ejemplo es Khamid Diop que consiguió un certificado del departamento de Salud de Nueva York donde se hacÃa constar que debÃa estar en aislamiento por 14 dÃas.
Pidió a sus empresas Uber y Lyft recibir licencia pagada por enfermedad, en espera de recibir de mil a mil 500 dólares que hace a la semana, pero sólo de la segunda empresa recibió respuesta y por 250 dólares.
Uber rechazó la petición pues dijo que Khamid no calificaba para el plan financiero de apoyo, el cual ya benefició, según sus datos, a mil 400 choferes.
Luego de ser contactada por NPR, Uber rectificó y dijo que el rechazo no debió de haber ocurrido y dio mil 700 dólares por dos semanas.
Muchos trabajadores de este tipo comienzan a recurrir al apoyo federal, el cual los incluye desde el mes pasado, sin embargo la falta de reglas de operación parece enfrentarlos a un largo proceso.