Durante mayo, de acuerdo con la Encuesta Mensual de Empresas Comerciales (EMEC), las ventas minoristas registraron un avance de 0.77% mensual, luego de la caída histórica de 22.54% en abril. Por lo que, en términos anuales presenta una disminución de 23.39%, sumando 4 meses consecutivos de retrocesos. La cifra refleja el fuerte impacto de la pandemia y un deterioro previo.
La debilidad de las ventas continuó concentrándose en bienes no esenciales, observándose caídas mensuales en artículos de papelería (23.55%), ropa (17.41%) y bebidas, hielo y tabaco (16.50%). En contraste, destaca el incremento en las ventas de tiendas departamentales (35.18%) y perfumería y joyería (15.56%), avances que podrían estar influenciados por la conmemoración del día de las madres en el mes de referencia. Por otra parte, también se observaron crecimientos mensuales en las ventas de muebles para el hogar (22.51%), categoría que podría estar impulsada por un efecto del “Home Office”, el cual induce a las personas a adquirir escritorios y sillas. Asimismo, destaca el aumento del 19.05% en las ventas de automóviles y camionetas. En este rubro se espera un crecimiento aún mayor para junio, tal y como lo revela los datos de la AMIA, el cual reportó la venta de 62,837 vehículos en junio (Vs. 42,028 en mayo). De igual forma, se prevé una recuperación en la categoría de combustibles y lubricantes, tras caer 5.69% en mayo, impulsada por las menores restricciones de movilidad. Por otra parte, las ventas a través de internet, único rubro que ha sido favorecido por la situación de las visitas directas a establecimientos, aceleró su crecimiento al expandirse 13.92% mensual.
Cabe destacar que, el notable desempeño de las remesas ha contribuido a mantener el consumo de los hogares dependientes de este flujo. Por una parte, el flujo de dólares enviados por los connacionales en extranjero presentó un aumento del 2.97% anual en mayo. Asimismo, la depreciación del peso frente al dólar ha incrementado los ingresos en pesos, ya que las remesas valuadas en la moneda local muestran un crecimiento anual de 26.53%.
Por otra parte, las ventas mayoristas se contrajeron a una tasa mensual de 5.13% y a una tasa anual de 23.84%, la mayor caída que se tiene registro y sumando 16 meses consecutivos de contracciones, evidencia de la fragilidad de la economía previo al confinamiento.
Con el fin de la Jornada Nacional de Sana Distancia en junio, se prevé un mayor avance relativo a mayo. Sin embargo, en su comparación anual se estarían observando caídas por arriba de los dígitos. Así lo sugieren las ventas de la ANTAD, las cuales presentaron un pequeño rebote, pasando de una caída anual real de 21.84% en mayo a 21.23% en junio. Cabe mencionar que, ciertas categorías de las ventas minoristas relacionadas con bienes no esenciales son más susceptibles a mantenerse deprimidas a lo largo del año debido a la incertidumbre que provoca que el consumidor posponga sus decisiones de compra y la menor actividad económica, la cual ocasiona pérdidas de empleo y menores salarios. Tan solo los asegurados del IMSS han disminuido 921,582 plazas en el primer semestre del año. Por lo que, ante el persistente incremento en el número de contagios por el COVID-19, el cual a su vez solo ha permitido una reapertura parcial de la economía y la falta de una política fiscal expansiva, prevemos que el número de asegurados del IMSS se reduzca en 1.8 millones personas. Bajo este contexto, la masa salarial continuaría disminuyendo, lo que representaría un lastre adicional para el consumo. Por lo que, una recuperación más acelerada desde de su punto mínimo alcanzado entre abril y mayo y a lo largo de las diversas categorías de las ventas minoristas dependerá del control de la pandemia durante los próximos meses, lo cual contribuiría a mejorar la confianza de los consumidores, especialmente de los que aún se encuentran empleados, los cuales suelen ser más cautelosos en sus compras en tiempos de incertidumbre y aunque sus ingresos no se hayan visto afectados.