Héctor Guerrero

LOS TOCABLES
La adulación es un mal muy despreciable, por eso quizá el gran Dante Alighieri ubicó a los aduladores en lo más profundo del infierno, más profundo que el de los homicidas y ladrones.


El dinero compra conciencias, como lo hace López Obrador, y más en una comunidad como lo es Jesús María, en Sinaloa, donde las cosas siguen igual que hace 30 años.


Al arranque de este 2023 la 4T ya se ha llevado como dicen “goles de vestidor”.


La UNAM debe dar un golpe de autoridad y demostrar su verdadera autonomía. De todas formas, ahí hay puma encerrado.


Las risas que arranca López Obrador ya no pueden ser sanas o normales, yo no veo algún estímulo positivo para reir de lo que se predica cada mañana en el espectáculo más lamentable que brindan los que hoy gobiernan.


Lo que nos queda es unirnos y no permitir que se le dé un albazo a la democracia en México, pues lo que acabamos de ver es que este gobierno quiere llevar a México a una fase de retroceso en materia democrática.


A López le gusta aventar carnadas que alimentan tanto a fanáticos como a detractores, el primero en saber que no iba a pasar su reforma ¡Era él!


Al final del día, los acarreados a sus jacales, a su pobreza y el rey y su comitiva, a su Palacio. Ese es el promotor del humanismo. Lo demás es puro circo.


El próximo fin de semana veremos la unción del rey de México, de las marchas y de la verdad, no por demanda o solicitud de sus gobernados, es para curar el ego profundamente lastimado del tirano.


Andrés Manuel López Obrador ya no sabe como ocultar su fracaso, ni su molestia de que, por lo menos un día sus opositores le robaron la agenda política del país.


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