Hace unos días, el periódico Reforma publicó una lista de medios de comunicación y periodistas en la que se revelan los pagos recibidos por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto.
El Presidente de la República al día siguiente comentó en su conferencia mañanera que él no estaba enterado y luego explicó que para transparentar todo solicitaría al Instituto de la Transparencia que haga públicos todos los contratos hechos con los diferentes medios y periodistas así como los pagos recibidos.
El asunto revela la estrecha relación existente (hasta hace unos meses), entre los medios de comunicación y el Gobierno Federal.
Si ocurriera algo similar en Nuevo León, ¿qué medios estarían en la lista?, ¿qué periodistas y columnistas?
Que un gobierno compre publicidad a un medio o que él mismo requiera los servicios profesionales de algún periodista no tiene nada de irregular.
Cuando las cosas se hacen a medias (es decir liberar un listado sin incluir a todos los que han sido contratados, ni referir los motivos de los contratos, si es que los hubo), se está tergiversando la verdad y hace parecer lo que no es.
Sería muy sano para evitar el desprestigio de los medios y los periodistas que el INAI (nacional y local) hiciera pública la lista de empresas y personas, así como los contratos, detallando los entregables y la descripción de los servicios prestados.Resulta muy poco serio este asunto. Pudieron ocurrir varias cosas.
1. Que el INAI por un descuido (involuntariamente) entregara dicha lista rasurada. Una simple pifia que deja mal parado al Instituto y a sus operadores. Incompetencia e irresponsabilidad.
2. Que la lista haya sido rasurada deliberadamente para poner énfasis en algunos medios y personajes con el fin de generar una polémica que distraiga de otros hechos más relevantes.
3. Que sea el inicio de una campaña de desprestigio contra medios y periodistas.
4. Que sea el inicio de transparentar información que debería ser pública y no lo ha sido hasta nuestros días.
Que el gobierno contrate a los medios y los periodistas no es necesariamente por motivos aviesos o corruptos. El asunto es que se haga público qué es lo que compró ese dinero como bien dice el caricaturista Calderón en su cartón del periódico Reforma el domingo pasado.
Regresando a Nuevo León, se dijo al comienzo del gobierno actual que los privilegios para los medios se habían terminado y que no habría más dinero para éstos. ¿Se puede indagar al respecto?, ¿se está cumpliendo esa promesa de campaña?, ¿hay interés en que se hagan réplicas regionales en el mismo sentido?
Es claro que la prensa debe ser parte del balance democrático. La prensa puede y debe tener posturas ante los distintos espectros ideológicos. Sin embargo la dependencia económica de los mismos ante el gobierno hace que se calle lo que debería ser cuestionado y visible ante la opinión pública.
Sea como sea, el equilibrio de la relación Gobierno/Prensa se ha roto. En parte porque el actual gobierno afirma que no pagará más y por otro debido a que las fuentes noticiosas en las que los ciudadanos nos estamos enterando están cambiando.
Ahora estamos ante una sobre oferta informativa (y desinformativa también), en la que es difícil saber qué es y qué no es cierto. Las “benditas redes sociales” como dice el presidente de México están creciendo en su protagonismo y filtrándose a la sociedad a través de los dispositivos móviles dejándonos desprotegidos respecto a qué es falso y qué es cierto.
Lo que si es seguro es que no sabemos con certeza si la relación entre la prensa es mas comercial que editorial o viceversa. Ni lo sabremos.
