Cuando el Estado es sometido a prueba

No se trata, como muchas voces han coincidido, de actos de autoritarismo. Se estar铆a hablando de la leg铆tima fuerza de la que todo Estado tiene obligaci贸n de hacer uso para proteger a la naci贸n y a sus ciudadanos.
02/10/2019

Los Gobiernos federal y de la Ciudad de M茅xico vivir谩n hoy la conmemoraci贸n del 51 aniversario de los hechos de Tlatelolco -la primera desde que asumieron el poder- y ser谩, sin duda alguna, una prueba de fuego ante las provocaciones que se anticipan por parte de grupos anarquistas que han actuado de manera violenta en d铆as recientes.

Lo sucedido la semana pasada en la capital mexicana durante la conmemoraci贸n del quinto aniversario de la desaparici贸n de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y en una manifestaci贸n feminista ha puesto a prueba la capacidad del Estado para hacer uso de sus leg铆timas herramientas y proteger a la ciudadan铆a de actos vand谩licos.

Por decisi贸n propia, las autoridades han manifestado su intenci贸n de no actuar en contra de grupos provocadores, determinaci贸n que ha originado cuestionamientos por la falta de respuesta ante el da帽o patrimonial causado a particulares y al propio Estado, con la pinta de monumentos como Palacio Nacional.

El presidente L贸pez Obrador y la jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, han reiterado una posici贸n que parece inamovible: su gobierno no es ni represor ni autoritario, las libertades est谩n garantizadas y el derecho a manifestarse se mantendr谩 intacto.

No se trata, como muchas voces han coincidido, de actos de autoritarismo. Se estar铆a hablando de la leg铆tima fuerza de la que todo Estado tiene obligaci贸n de hacer uso para proteger a la naci贸n y a sus ciudadanos. La definici贸n del t茅rmino represi贸n es muy claro: es un acto, o conjunto de actos, ordinariamente desde el poder, para contener, detener o castigar con violencia actuaciones pol铆ticas o sociales, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Espa帽ola.

Contener a quienes da帽an bienes p煤blicos, destruyen mobiliario urbano, queman comercios, rompen vidrios, pintan monumentos y generan caos social dif铆cilmente puede ser considerado como represi贸n.

Dejar en manos de los ciudadanos la protecci贸n de las marchas a trav茅s de 鈥渃ordones de paz鈥, como lo ha planteado el presidente L贸pez Obrador, es exponer a sus gobernados a la furia e intransigencia de estos grupos desestabilizadores que, a la m铆nima provocaci贸n, repetir谩n los actos cometidos en d铆as pasados.

Es comprensible el dilema al que se enfrentan las autoridades y que ha originado el debate en torno a este tema: la permisividad de los cuerpos policiacos o el uso excesivo de la fuerza ante actos vand谩licos. En medio de estos dos escenarios se encuentra, lisa y llanamante, la aplicaci贸n de la ley vigente.

SEGUNDO TERCIO. Preocupante el resurgimiento de los grupos denominados anarquistas. Hoy veremos los alcances que puedan tener. Esperemos que el Estado cuente con las herramientas de Inteligencia suficientes para dar con el origen de estas provocaciones.

TERCER TERCIO. Hablando de impunidad, ayer el Instituto Tecnol贸gico y de Estudios Superiores de Occidente dio a conocer el costo de la falta de efectividad de las instituciones, m谩s de 420 mil millones de pesos anuales.



EDUARDO DEL R脥O es periodista. Diplom谩tico por m谩s de una d茅cada. Ex servidor p煤blico. Consultor en comunicaci贸n.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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